-Pues como le iba diciendo, querido amigo; he de rogarle acepte nuestras disculpas por éste molesto extravío de su equipaje…
- Ya. ¿Pero donde están mis maletas?
-Pero no se preocupe, todo se va a solucionar, debe haber sido una confusión de alguno de los mozos. Ya he dado orden de resolver este incómodo asunto de forma inmediata. Y por supuesto, intentaremos resarcir las molestias ocasionadas en lo posible...
- Si, si. Pero quiero poner una reclamación.
-Ya verá ya… usted no se irá de aquí sin tener el mejor concepto de nuestros servicios. Como sabrá, somos el más completo y lujoso complejo turístico del País…
- Si. ¿Pero donde pongo la reclamación?
- Ha elegido usted bien, una vez se haya instalado y le hayamos hecho entrega de sus maletas, tendrá oportunidad de conocernos mejor; el personal, como comprobará, está a su entera disposición… A partir de este momento, considérese nuestro invitado. Y por supuesto, le van a subir a sus habitaciones la documentación necesaria para que presente usted la reclamación que desee, por supuesto… Aunque he de confesarle que va a ser usted el primer cliente que tenga algún tipo de queja…
-Ya, pero es que mis maletas…
Nada, nada, si tiene usted toda la razón… no me cabe ninguna duda. Pero mientras traen su equipaje, permítame agasajarle con una visita que reservamos para nuestros mejores clientes; tenemos en los sótanos una de las mejores bodegas del mundo…
¿Ah si?
Claro… ¿no ha oído hablar de ella?. Pase, pase por aquí, tenga cuidado con los escalones… estooo. ¿Me había dicho que venía usted solo no?
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