me hubiese gustado tanto encontrar alguien con quien hablar, escuchar, amar... pero, las cosas en mi larga vida no se dan como uno espera. tengo cerca de noventa años y sólo tengo a mi lado a una vieja empleada, una hija loca que trabaja y sale y viene de la calle cuando le da la gana pues no avisa nunca nada de nada, dejándome solo y sin mas afecto que el de la pobre vieja empleada, pero, no es lo mismo. así es mi vida desde que murió mi esposa hace ya mas de cinco años. hace poco fui a ver a uno de mis hijos que vive en la otra parte del mundo. lo vi feliz con su esposa e hijos, me llevaron de un lado a otro como un extraterrestre, y, para que fuera alegre y suave mi pronta muerte, eso fue lo que sentí, un bolso de carne viejo que ellos llevaban con cierto fastidio o pesar. al cabo de unas semanas volví a mi casa con mi hija loca y con la vieja empleada que es con quien mas compañía me da, aunque es como si fuera un cuadro surrealista pues habla cosas que no entiendo ni comprendo, tan solo veo sus gestos y ese sonido y esa risa que tiene la gente marginal de este mundo, pero eso todo lo que tengo. la otra noche llamó por teléfono un hombre que decía ser mi hijo. debe de serlo porque he tenido muchas mujeres y quién sabe si por allí germinó algo así como un hombre, un hijo, carne de mi carne, alma de mi alma, una fotocopia de la historia de mi pasado... es fin, llamó y, al final de toda su perorata, dijo algo que tanto anhelaba escuchar: te quiero papá... me puse a llorar y casi le rogué que viniese a mi casa. ¡ven, hijo, ven por favor!, le dije. sin embargo, nunca vino a casa... lo esperé y esperé pero nadie llegó aquella noche, a no ser por mi pobre hija loca que entra como esos gatos a la media noche, preguntándome siempre si me siento bien... le miento y respondo que sí, que estoy muy bien… hace poco volví a recibir una llamada igual, pero esta vez colgué, no deseaba volver a sufrir, es duro creer en el amor y chocar con los vidrios rotos de la ilusión... mas ahora, a pesar que le he colgado, le espero. siempre uno espera al amor, alguien que llene su corazón, su alma, para escuchar eso que tanto necesita, como: te quiero, te quiero... ver esos ojos que nunca han visto los míos y sentir la magia de ser amado y amar…
san isidro, enero del 2007
|