Naturalmente
duele la caída
este repliegue de alas
que nunca busqué.
Yo, que solía confundirme
con los cirros en el cielo
hice mi oficio vender esperanzas.
Al fin y al cabo
fui solo eso: un traficante de palabras.
Porque en la crueldad también hay belleza:
Mi sonrisa -bellamente inocente-
(como el pico de un águila
incrustado en la carne)
se fue perfeccionando.
Pero también tuve miedo
y no pude evitar el espejo
ni la terrible sensasión de despertar
cada mañana.
Intenté cerrar los ojos
pensar que todo era un mal sueño
Al fin y al cabo
nuestro amor fue eso:
una repetición agotadora
de despedidas en los terminales.
Algo de ti me duele todavía.
La certeza de saberme vivo.
Esa fe que no proviene de este mundo.
Texto agregado el 13-01-2008, y leído por 208
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
13-01-2008
"repetición agotadora
de despedidas en los terminales" esos versos me calan muy hondo. Creo comprenderlo bien, y como dice australi-a, se intuye su gran capacidad de amar, bendito Ud. que puede. Saludos y 5*
Frau_Kruspe
13-01-2008
Intuyo un gran interior y una gran capacidad de amar con estas letras...belleza y belleza. australi-a
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