“¿Me ayuda, por favor?” ( NUMERO 1)
Era un día especial y él, un hombre deslumbrante, inteligente, de ojos intensos. Cualidades a las cuales sucumbe mi feminidad. Se le había trabado las llaves del departamento, venía con la compra que se apilaba en el suelo. Teniendo las manos ocupadas con libros, hacia un forcejeo penoso. Lo miré con sorpresa, sucumbí a su pedido y le ayudo.
Intenta en vano y con esfuerzo mover las atascadas llaves. Un rubor se fuga desde sus labios colorándole la cara. Siento los paños mojados entre mis piernas. Bueno, dice, ‘estamos salvados’. ¿Por qué me incluye en la forma del verbo en plural? Yo ya lo había observado desde la ventana de mi departamento, cuando llega en su automóvil solo, es decir no tendría pareja visible. Sin querer me ha rozado con su pelvis un costado de mi cuerpo, siento escalofrío. Me ha gustado ese fluir de química. Su perfume sofisticado y extravagante me subyuga. Sin duda es un hombre elegante y de mundo: ¡un hombre!...En ese preciso instante se habré la puerta y con una sonrisa en los labios me dice: ¡estamos a salvo!...Otra vez el verbo en plural, otra vez pienso si sólo es un seductor. ¿Será una frase efectista para producir en mí alguna respuesta? No atino a hacer otra cosa que sonreírle. Al ver las bolsas en el suelo me dice: Señorita, ya las van a subir. Luego, me toma del brazo y se dirige a mí: Pase, no sienta vergüenza, después de todo somos vecinos. Si me pedía algo más, no estaría preparada para hacerlo. No había pensado en tener una aventura esa mañana, que digo, ese día, esa noche. Mira, es mejor tutearnos, ya que compartiremos momentos, aclara. Otra vez dirigiéndose en plural, no sabía si poner una excusa tonta y regresar en media hora. Es más tendría tiempo de ir a comprarme un tanga rojo. En fin, sólo atiné a decirle: de acuerdo.
Me llamo Jonathan, pero todos me dicen Johnny, estirando su mano, se presenta. Se escucha la lluvia caer, me doy cuenta que es la ducha del toalette. Un silencio apacible rodea la habitación, como a murmullos de besos. Suena mi celular, mi ex-pareja me pide que le auxilie, se ha quedado en un atasco. En ese momento Johnny, pasa su lengua por mis labios y yo, no tengo el tanga puesto. Apago el celular. Es mi cumpleaños…
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