Cae la noche y tu ventana ruge como el viento, sombras de ilusiones y pesadillas se pasean por tu cuarto y nada, ni siquiera una taciturna vela, puede salvarte de tu desvelo. Solo quedas tú y esas cuatro paredes que pálidas y mudas te observan desde lejos, tal vez los recuerdos te asalten casi al amanecer y por fin halles algo que hacer con tus ocho horas de insomnio, o tal vez te quedes solo, sin recuerdos ni deseos en el medio de la oscuridad recordando cuando solías quererme o cuando solías quererla.
Te ruge la luna a través de la ventana de mar, estrellada la noche se cubre con un manto enorme de tus desilusiones, y solo quedan un beso y un poema abandonado, ahí, en el último cajón a la derecha, ahí donde también guardas tus pocas ilusiones.
te pregunto una cosa, una sola cosa ¿Qué se siente saberme muerta? ¿y tus recuerdos, he muerto también allí? si, lo sé lo siento, fueron dos preguntas pero es que no puedo dejar de pensar en ello, son como una garúa, me siento triste, pero al menos siento debe ser por eso que ahora te visito tan seguido, ¿no? Disculpa, hoy he venido ha despedirme y no hago más que alargar este beso, te dejo una rosa sobre el velador, “una roja como mi sangre” solías decirme, disculpa de nuevo, espero que alguna vez me perdones, se que me sientes, todas las noches que abro tu ventana, ¿Por eso ahora corres las cortinas antes de dormir? se que despiertas una hora después de la media noche, un segundo después de que ya no estoy sobre tu cama, sobresaltado ¿Cómo si un fantasma hubiera estado en la habitación? ja! la vela, ahora tienes una vela en el velador, siempre una vela y un cigarro, no mi amor, las apariciones no huimos con la luz de una vela, te dejo por que ya es tarde y será difícil conseguir un taxi hasta mi casa a estas horas, si no me quedaría toda la noche a tu lado, lo hice unas veces... me quede contemplándote toda la noche hasta que estuvieras a punto de despertar, confieso que unas veces me quede dormida, tu siempre despertabas antes que yo ¿recuerdas? me decías que era hermoso despertar y sentir a tu lado, poder contemplarme tan dormida, tan, como decías, ah! si: tan sólo tuya. Aun sigo siendo sólo tuya amor, fuiste el primero y el ultimo, claro que no tuvimos mucho tiempo separados, como para que existieran muchas más, de todas formas lo lograste, el primero y el ultimo casi el único si no hubiera sido por ese pequeño intervalo de unos años, y mira que ese lo decidiste tu... ¿no era siempre yo la que huiría en algún momento? no te deje ni un solo segundo, recuerdas, ni uno solo mientras tu me quisiste a tu lado. Tanto tiempo pelee por estar contigo, siempre tuve miedo, pensaba (y creo que acerté) que cuando terminaran los problemas con mi familia, que cuando todo este listo para estar juntos de la forma en la que tu siempre quisiste, cuando al fin pudiera viajar contigo y estar abrazados sin ningún lugar a donde llegar temprano bajo la lluvia.... apenas cumplieras aquellas diminutas promesas, entonces todo se derrumbaría... y así fue, se derrumbo en menos de medio mes, la casa, tu perro (¿recuerdas que seria sólo tu perro y yo viviría contigo?), las decoraciones, el piano, el techo con tejas, volví a esta ciudad y deje mi París, ah! mi anhelado París “J’adore le soir à París comme J’adore le vit”, por ti mi amor, yo sé que la casa era a mi gusto, pero la casa me refiero a la “acomodación” fue una de las pocas cosas en las que estuvimos de acuerdo, “avec toi, ma chéri, tut est très parfait… aussi le vit sans soleil, aussi le vit sans musique “ solías decirme eso en un susurro, ¿recuerdas? ¿al despertar, cuando no quería levantarme?... ahora que lo recuerdo si te deje un par de veces, pero sólo físicamente y no por mucho, pero por ahí empezó el problema, nunca debí irme de nuevo a París, debí resistir, pero de verdad extrañaba sentir un poco de esa brisa helada que corre a media noche en la Rue Clémentin, un poco de café en París me hizo muy bien por esa época, ¿te acuerda, estaba enferma, enfermísima? los mejores doctores del país renunciando a los honorarios que le hubiera representado de quedarme, por recomendar una terapia al otro lado del océano, ¿sabes? ya no confió en los doctores desde entonces; te pedi que vinieras conmigo, yo sabia que no era muy posible, el trabajo, la casa, ¿te acuerdas que una vez prometimos no separarnos por ese tipo de tonteras? ja! creo que ya no eran tonteras para ti, habias encontrado la estabilidad que tanto adorabas, todo estaba perfecto en tu vida y no pensabas mover ni un solo clavo, ni una sola maleta... temías perderlo todo, fui solo un escalon ¿no, mi amor? tu... soporte para la enorme nube de felicidad que creaste a tu alrededor, no te lo reprocho, sólo me duele un poco, casi nada por que, verás, ya no tengo lo que se puedan llamar sentimientos. |