Vuelvo a dirigir algunos conceptos directo a su hipotálamo. Es extraño, suele quedar en blanco el boceto que armo en mi cabeza, y usted lee esta hoja de corrido como si todo lo que quiero expresarle estuviera claro; Como si ningún obstáculo obnubilara estas líneas. Usted cree que en el poco espacio que he ensuciado con torpes palabras hasta ahora no he consumido más que la mitad de un cigarro y que el interludio silencioso que separa las pistas de "Paris Combo" no se ha presentado más de una vez. Pues no, le informo que me asesina un segundo cilindro y que es el cuarto tema que se apodera de mis oídos; que Mauro estremeció el celular y que el lápiz con que escribo se niega de vez en cuando, a laborar.
Así que ya ve, o ya sabe, no es fácil decir lo que quiero, pues esta vez ya no es un "te quiero" ni un "te extraño", ni una suerte de sentimientos . Sino lamentos, decepción, un poco de amargura y cierta rabia. Quizás un mensaje hiperreal sería más efectivo, una invitación no en un fondo blanco que seguramente no es atractivo y tiene gusto a locura y falsedad. No se preocupe, no estudiaré periodismo ni haré un noticiero cuya información trate de persuadirle sobre la importancia de sus sueños y la inexistencia de sus metas. No tiene sentido, ya dejaré de presionarla y de causarle problemas mundanos con mi estúpida verdad (que para todos debe ser sólo fe) sobre los sentimientos.¡Estudie para la prueba que se le acaba el tiempo!, ¡Arregle su vida, vuélvase piedrecita y planifique un futuro, compre acciones, ame como todos lo hacen!...Conmigo no tiene proyecciones, conmigo se sumergiría en el presente desconocido. Son bagatelas que ya no quiero escuchar.
Duerma lo necesario para que al día siguiente aproveche las ideas y el infaltable tiempo. Siga sufriendo por la vida vacía que le rodea, mientras yo continúo sufriendo por el vacío en que se transforma. Realmente es ingenuo pensar que por el sentir valga la pena derribar una construcción de dieciocho años, eliminar las huellas y volar para no dejar pisadas...una estupidez que sólo a un desequilibrado mental podría ocurrírsele. La continuidad y la costumbre navegan en forma de heces por alguna alcantarilla, descompóngase con ellas y todo su mundo, es más tangible. Humedézcase y púdrase, de todos modos el amor acá es insembrable, y como eso es lo que soy me secaré, pues el agua que usted pudo ser se vuelve alquitrán. ¿Sabe qué es lo peor? que usted lee esto y en lugar de correr a abrazarme, me envía a un hoyo y me deja sólo con la compañía del recuerdo de una sonrisa ... con gusto a carcajada. Y usted tal vez se siente mal, terrible por lo que le digo, pero sigue en el mismo sitio, inseparable a su verdad palpable. Ese malestar es posiblemente-si es que lo siente-una brasa que le derrite el corazón y que le indica lo insignificante que se torna el exterior cuando se siente.
Le sugiero dos opciones:
1_ Tan poco cuerda como todo lo que le he obsequiado es la primera. Sople fuerte en su interior y convierta esa brasa en llamaradas inextinguibles, corra adonde usted desee, quiera lo que haga y haga lo que quiera. Ame y no piense en el amor.
2_ Apáguela.
Por favor respóndame.