La historia de las civilizaciones podría mostrarnos un buen ejemplo de lo que brinda el enunciado de esta columna. A lo largo de los siglos todas las culturas desarrolladas en estamentos ( bien religiosos o políticos, y en su mayoría ambos) han creado mecanismos que amedrentan al colectivo para conseguir que no se desliguen de determinados cánones de conducta social, económica, política y religiosa. Pero centrarnos en una antigua cultura nos llevaría a un exhaustivo ensayo histórico que no tiene cabida en este hueco internáutico. Analicemos nuestra actual situación a sabiendas de las posibles y en algún caso insalvables diferencias sociológicas.¿ Vivimos en el miedo? ¿ Qué lo provoca? ¿ Cómo reaccionamos ante él?¿ Somos conscientes de su existencia?Pienso que sí, que vivimos en el miedo, un miedo continuo en el que deseamos mantener ( o mejorar) nuestro status, empleo, familia y ello provoca un estrés de vida. Quien pueda o no provocar ese miedo es complicado, las grandes corporaciones económicas ( FMI, OPEP, CEE...) relacionadas con las potencias mundiales envían continuamente mensajes de incertidumbre, estornudos que revierten en subidas abusivas que sufrimos todos. Pero no sólo es un tema económico, surgen temas a nivel mundial tales como determinadas enfermedades contagiosas, o bien el tema de la pederastia, el clima etc...que centran nuestra atención desviándola de preocupaciones mucho más perentóreas como la hambruna o las guerras fraticidas en países cuyo nombre no sabemos pronunciar. Es miedo de tirantez, aprieta y afloja, un sube y baja en eterno equilibrio que lleva a una desmotivación del ciudadano a romper con el esquema establecido, nos aliena. Los sistemas educativos tienden a suprimir la capacidad de decisión propia y rompen la iniciativa colectiva.Nos hemos acomodado a ese miedo permanente fabricado por un Estado que no son países ni organizaciones en realidad, sino un loby de Intereses que manejan a su antojo nuestra realidad.Somos herederos del miedo, y lo transmitimos a las siguientes generaciones, porque en realidad no supimos modelar los logros de las grandes revoluciones del siglo XX, y siguen los mismos, como ocurre en momo, esos hombres vestidos de gris... |