Y ME NEVARON VERSOS  
(margarita-zamudio) 
 
La tarde se volvió de acero y de ceniza, 
un helado suspiro recorrió las fachadas 
y empañó los cristales. 
Después como un milagro, 
bajó la Vía Láctea hasta un nivel de calles,  
de espaldas presurosas, 
y el cielo se volvió de cal rosada. 
Algodones de versos cayeron en mis manos 
como si fueran versos 
que escribieron los ángeles, 
para paliar rutinas, para reírse un poco 
de los que aquí vagamos. 
Y me nevaron versos 
de todos los poetas, 
y me llovieron cartas de lamentos ocultos. 
Fue la primera vez que vi la nieve, 
y envenenó mi alma de belleza. 
 
  
   
*** 
 
 
LA MEDIDA DEL AMOR 
(cromatica) 
 
Se hace de un silencio 
vida, este segundo, 
me detengo y pienso 
en nuestro futuro. 
Ay! Malos momentos!. Dime 
¿cuántos hubo, 
- antes de tenernos - 
de dolor oscuro? 
Pienso... y cuando pienso 
se caen los muros 
de nuestros lamentos 
y malos conjuros. 
Fueron tantos, tantos, 
Diluido en uno: 
Ese de encontrarnos 
Hechos un susurro. 
La primera vez, 
con paso seguro 
entraste en mi alma 
- transparente y puro - 
y abriste las puertas 
con todo ese pulso 
que habla de amor limpio, 
de corazón justo. 
De esa vez recuerdo 
lluvia, cual diluvio, 
con brillo en el fondo 
de cada minuto. 
Y el viento potente, 
Arrastró lo absurdo, 
dando paso al aire 
más libre y más puro. 
Luego, hasta quedarte 
Por siempre en mi mundo 
Me fuiste sumando 
suavemente al tuyo. 
Juntos, encontramos 
Este nuevo rumbo, 
Hechos horizonte 
sin pausas ni apuros. 
Miro en este entorno, 
y delante... me nutro 
de cada sonrisa 
que estrenamos juntos.. 
Lunas como abrazos, 
Soles diminutos 
se abren en el fuego 
que invade el terruño 
de mi alma, y te aprendo 
sin pesar ni yugos. 
Tú, sed de mi alma, 
Corazón desnudo, 
voz llegando a tiempo, 
y abrazo seguro,  
Brújula que guías 
mis momentos turbios 
y aclaras mi mente, 
recobras mi pulso. 
En tí me celebro, 
en mí, te descubro, 
los dos, uno en otro, 
amándonos mucho. 
¿Hay una medida? 
siempre me pregunto. 
“Ni mucho ni poco: 
Amamos lo justo” 
Dicen nuestras voces, 
En el canto mudo, 
De dos corazones 
latiendo muy juntos. 
  
   
 
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