Si hay algo que tienen mis ideas es que se explican totalmente en el titulo. Esta no es la excepción, pero para hacer algo que nosotros, los intelectuales llamamos técnicamente rellenar, voy a seguir escribiendo, dando vueltas, retrocediendo y volviendo a avanzar, para que de lejos, parezca que profundizo.
Dios –que no existe- vive en la eternidad, ya de por si un pelotazo. El cielo se transforma en el infierno cuando uno debe estar en el por siempre. Solo peor que eso es al que condenaron a pasar en el infierno toda la eternidad, menos un día: agregaban al castigo la esperanza en algo que nunca llegaría. Ojo, esto esta en un libro, no se vayan a pensar que salio en el noticioso.
Pero además Dios es omnipotente. Puede hacer todo, y por tanto no disfruta con nada. Esta jugando con arcilla por la eternidad.
Es como un niño solo, que solo cuenta con su imaginación para jugar. Es el niño rico que tiene tristeza. Y de sus decisiones y caprichos, dependemos todos nosotros: mortales, débiles, ignorantes, pero a veces felices.
Por eso a mi, si me dan a elegir, antes de ser Dios prefiero ser yo. O mejor: Ricardo Darin.
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