Poco después que el villano se había marchado, llegó el espía.
-ya me pude escapar. Vengo a responderte.
-ya rápido, porque tenemos poco tiempo. Pero como se yo que no eres el secuestrador disfrazado, además yo no quiero irme ahora.
- ya esta bien, eres la persona mas caprichosa que he visto en la tierra.-dijo el espía enojado, casi a reventar.-¡¡ si quieres me saco la capucha, si quieres me tiro por una montaña, pero créeme, yo solo quiero rescatarte y ya no se que mas hacer!! ¡¡Cómo no entiendes que los de la agencia te necesitan!!
-pero yo…-dijo la espía intentando hablar.
- ¡¡no me interrumpas, querías la verdad, aquí la tienes ahora enfréntala, porque tu sabes que esta es la verdad!! Y si te preguntas por que hago esto, por ti, porque estoy sintiendo algo tan fuerte que no me permite dejarte.-y acercándose a su rostro, la besó con tanta pasión, rabia, amor, angustia, cansancio, ternura, desesperación, fuerza contenida, que la muchacha no pudo detenerse y respondiendo al beso, se dejo llevar por aquellos labios, que en ese momento la hacían ver estrellas. Había esperado tanto ese momento, pero no se había imaginado que fuese así, sentía que no podía parar, ni aunque hubiese querido apartarse no habría podido ya que estaba amarrada aun a la silla. En algunos momentos, por el miedo de que los descubrieran, la chica intentaba echarse un poco para atrás, pero cuando el espía sentía que tan solo se movía, la besaba con más pasión y entonces era imposible resistir y alejarse de aquella dulce tentación.
-que hermoso ¿verdad Juan?- dijo una ronca voz.
-correcto, es una bella escena Miguel.
-sabia que algo raro había en este encapuchado. Querías conocerme Alejandra, bien, aquí me tienes.
-tú- alcanzo a decir la espía.
|