*-te vengo a rescatar, me enviaron de la agencia. Aprovechemos de escapar.-le rogó el agente.
Extrañada por esta petición no conociendo a quien le hablaba, la joven decidió que lo mejor era no confiar ya que se podía llevar una gran sorpresa.
-¿Cómo puedo confiar en ti?¿como se yo que esta no es otra de las trampas del secuestrador?
-te aseguro que no estoy de parte de él.
-no te acompañare hasta que me muestres una prueba de lo que me esta diciendo.
-bueno, si con eso me vas a acompañar. Aquí esta mi placa e identificación, soy el agente Nº 1 de la une Agence Sécréte d´un espionnage en Francia. Por ahora no te puedo dar más información porque es confidencial. Pero, ya vamos, no hay tiempo que perder.-en ese momento el espía intentó desatar a la joven pero esta se lo impidió echándose hacia atrás.
-no te creo, eres un mentiroso y dile a tu jefecito que no caeré tan fácil.- dijo Alejandra. Mientras el chico resignado se fue a planear como hacerla confiar y poderla rescatar. Además que no podía seguir insistiendo ya que las cámaras lo vigilaban y podía verse sospechoso.
Al poco tiempo el espía dio comienzo a su plan, consistía en seguir haciéndose pasar por encapuchado, fingiendo lealtad y odio hacia la agencia. Unirse a ellos seria fácil, tendría tan solo que actuar. Así las posibilidades de convencer a la espía eran mayores y mas el tiempo con que contaba para conseguirlo, además si es que le quisieran hacer algo ahí estaría él para defenderla.
Comenzó por unirse a los villanos, no le costo mucho, tuvo que pasar unas pruebas, como era espía la habilidad, inteligencia y agilidad estaban de su parte. Lo segundo fue jurar odio a la agencia, solo actuó un poco y le creyeron, con eso ya estuvo adentro. Lo malo es que la espía se entero de esto y menos le creyó, ya que frente del secuestrador había que fingir lealtad y el joven actuaba muy bien, porque tenia mitad de detective encubierto.
Un día el empresario se apareció por la habitación donde tenían a la joven castigada, por lo de la supuesta celebración. Él era un hombre elegantemente vestido, se veía robusto y por lo tanto quizás fuerte, tenía la típica mirada y sonrisa de villano.
-entiendo por que no te han matado.-le dijo mirando a la chica de pies a cabeza.
- y yo entiendo ahora porque el secuestrador te confió tanto el plan para atraparme. Eres un villano igual que él. Contesto la espía.-dime porque me tienen aquí.
-no lo sé. Miguel es muy incomprensible, aunque igual tengo mis sospechas.
- por lo menos ya se que el secuestrador se llama Miguel, ahora ya no creo que te necesite, así que puedes marcharte y deja de mirarme así o grito, comprendido, ahora adiós y no te sientas por que estoy haciendo lo mismo que va ha hacer el secuestrador utilizarte y desecharte.-después de esto el empresario se fue porque sabia que los encapuchados por orden de Miguel cuidaban mucho a la espía y no estaba para soportar que lo golpearan.
La insistencia diaria del espía estaba causando algo extraño; en el joven la preocupación y la cercanía a la bella muchacha, le impedía dejarla abandonada a pesar de la testarudez de esta. Ella por su parte, se sentía muy especial, al ver la pasión que ponía en cada palabra que le profesaba aquel encapuchado y la fuerza que daba a cada argumento, para convencerla. Por primera vez quizás, alguien ponía tanta dedicación en su bienestar además de sus amigos y lo que mas le llamaba la atención era aquella bella, sincera y especialmente tierna mirada. Los dos estaban empezando a sentir algo más fuerte por el otro, y eso se salía de sus planes, en especial los de Alejandra que se había propuesto no dejarse convencer hasta que le diera aunque fuera una prueba más.
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