Escribe: Aliacanitidia


Buscando un buen escrito que fuera digno de ser compartido con ustedes en este espacio que merece todos mis respetos, me esmeré en tratar de escribir de lo poco que sé o digo saber en esta vida: educación y docencia. Pero al tratar de hilvanar algo coherente sin sonar acartonada y técnica se me traban los dedos y me confronto a mí misma. El momento del año ayuda. Cierro los ojos y pienso. ¿Qué puedo compartir y reflexionar con ustedes? Tomo calma y pronuncio:


Me he esperado aquí
De frente a la maleza
Para convertirme en roca
A mitad del camino desvanecida
Ser polvo en verano y fango en invierno
Abochorno al mezquite
Y a la serpiente sorprendo
Soy la espina, soy la plaga
La tormenta
La sequía del desierto…

Reflexiono. Tiempo de metas vivimos ahora. De esfuerzos que inician. De voluntades por abandonar los obstáculos que niegan nuestra plenitud. Y visualizo mi tierra, sí el desierto que forja.

Un aparente espacio agreste que no es un vacío de confort si no un esfuerzo denodado, un gozo por lo poco y lo breve. Extremosidad climática, arenales que erosionan poco a poco la superficie del ánimo. Me confundo a veces ¿el desierto es interno? ¿ más implacable que el que veo tras la ventana?. No son pensamientos para un inicio de año.

Me he esperado para darme a mí
Hablaré con mis ancestros
Para fundirme con ellos
Y ser volátil cual ceniza
De miradas cegadoras.

Recapacito. Pensar ayuda. A veces duele, pero avanzas. Buscar entonces refugios para la tormenta y asirte de los árboles cómplices del tiempo, amantes de la vida. Resistes. Retomas el camino, nuevos planes, nuevos bríos, pasos firmes que no te alejan de la realidad que te has formado, pero asientan la corporeidad de tu presencia en este mundo para vivirla.

Soy la insolación de agosto
El sabor del algodón
Soy la sal del mar
La nube del invierno
Renazco en la ponzoña de la araña
En el incendio del rayo
Y en la púrpura herida…

Pero renazco.

Me comparto desde lo más profundo de lo que soy, abrazando mi tierra y dejándola en tus manos, ofreciendo el símbolo para decirle: mucho ánimo este año y que la vida les de muchas sorpresas!


Nota: la poesía es de Karla Mora Corrales, poeta Cachanilla.



*Desde el desierto de Sonora (Hermosillo, México) para ustedes.