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“CASTIGO”


La lluvia que mojaba su rostro lograba que la sangre de sus labios desechos por los golpes saliera con cierta continuidad, como si fueran hilos rojos cayendo al suelo, sus manos estaban ya engarrotadas y desgarradas por los grilletes que lo tenían cautivo, sus pies deformes ante tanto dolor y su ropa hecha jirones reflejaban un autentico y profundo dolor, los relámpagos daban un extraño pero profundo matiz a su atormentada mirada, era casi imposible creer que alguien de tan corta edad –veinte y cuatro años - estuviera cautivo y vigilado como una bestia peligrosa que estaba destinada a la máxima pena… la muerte.

Tres días mas pasaron desde esa fatídica tarde en la que lo habían atrapado, ya no sentía ninguna parte de su cuerpo, le costaba trabajo distinguir las siluetas de los guerreros que lo vigilaban, ya no comía, y respirar…. Eso solo lo hacia como si fuera una función forzosa aunque para el no necesaria, pues tal vez la muerte era la mejor manera de salir mejor librado del castigo que le esperaba, y aun así no podía morir, encadenado de esa manera estaba imposibilitado de atentar contra su vida.

¿Por que la vida le había guardado esa sorpresa tan maldita y fatal…? ¿Por que las cosas después de haberlas planeado con tanto tiempo, dedicación y premeditación al final le salieron tan mal?; era totalmente paradójico que unos días atrás estaba listo para ser señor del mundo, todos se someterían a sus pies y lo adorarían, si no era por convicción, lo harían a la fuerza, todos se someterían ante el y… unos días después estaba apunto de recibir en castigo ejemplar, probablemente peor que la misma muerte.

Un mañana más paso, así mismo una larga tarde para luego culminar con una noche de tormenta, ahora estaba por amanecer, el alba empezaba a aparecer y el cautivo, poco a poco comenzaba a quedarse dormido, o… tal vez repasando cada paso de su fallido plan, quizás encontraría el error por el cual ahora estaba pagando, pero, no encontró nada que lo pudiera haber colocado en ese asquerosa y maltrecha roca atado a la intemperie, después de un rato y darse cuenta que el verde campo que veía y que le hacia olvidar su pecado no era mas que un delirio mas, recordó que alguien , algún maldito ser lo había delatado, pero quien lo abría hecho? Esa era la pregunta que a menudo se hacia… quien?

Ahora estaba libre, se estaba visualizando un día antes de que lo capturaran, una gran tormenta, los supremos reyes durmiendo, ahora estaba amaneciendo y el ya estaba dentro del palacio, se había escabullido para no ser visto por los guardias de las entradas, era todo un maestro en el arte del escape, y cuando se escondía nadie lograba encontrarlo, lo que le facilito la entrada al palacio sin ser detectado, entre las sombras solo el se movía, un ser grotesco, flaco y encorvado no muy alto, harapiento y con el cabello corto, daba la impresión de que era un pordiosero.

Estaba empapado, y hacia mucho frió pero eso no impidió que pudiera entrar a la gran alcoba de los reyes, con una perversa sonrisa y un puñal dorado en la mano, miro a estos, dormidos, tan tranquilos, ella hermosa en los brazos de su esposo, el rey fuerte y esplendoroso, el grotesco ser ahora dejo ver en su otra mano la lanza sagrada que con fuerza sostenía, era el arma perfecta , ahora dominaría todo y todos, era la lanza que había marcado milenios en tan gran reino, era una lanza prohibida por todos, hasta para los reyes los mismos reyes, pues no cualquiera la podía tocar, hermosa con sus seis piedras preciosas incrustadas en la media luna invertida que tenia en la punta. Definitivamente “quien no podría dominar con esta arma” pensaba a cada momento ansioso de llevar hasta las ultimas consecuencias su plan.

La lluvia había cesado, pero el día seguía nublado , aun observaba la impecable escena de los reyes durmiendo, era simplemente cautivador, pero… obviamente el no estaba ahí para ser cautivado, sino para matar sin importarle quienes pudieran ser, sin importarle nada; el rey comenzaba a despertar lento y tranquilo mientras su esposa, colocaba sus dos manos bajo su cabeza para acomodarse en una mejor posición, el… con la misma sonrisa trémula y perversa dejo caer la capa que lo cubría como si fuera un fardo, para después , lentamente acercarse hasta donde estaba el rey que aun no despertaba por completo y por lo tanto no se había dado cuanta de su presencia en la habitación; alzo su brazo con el puñal fuertemente sostenido en su mano, para después dejarlo caer con tanta saña en el pecho de aquel inocente hombre, ahora el rey agonizaba, sus ojos parecían desorbitarse, una de sus manos tocaba su pecho para intentar sacarse el puñal que ahora estaba matándolo pero… solo logro que entre pequeñas risas crueles se clavara mas, dando muerte al magnificente rey. Dejando este mundo con la palabra “sálvenlos” entre sus labios.

Ahora la reina, sin percatarse de la muerte de su esposo, despertó para abrazarlo, y llamarle, pero fue la sangre en las manos de esta lo que la hizo dar un gutural grito de horror, riéndose mas fuerte aquel ser tomo del cabello a la reina para arrastrarla al final de la cama, la mujer lloraba y gritaba, y el asesino le decía que se callase, pero ella seguía gritando. Ahora la asustada mujer perdió la conciencia del dolor que le causo un golpe que el ser le propino en el estomago, entonces preparaba con la mano alzada el puñal dorado ahora pintado de rojo por su anterior victima, y profiriendo unas palabras, -tal vez hechicera- clavo el puñal en el delicado cuello de la reina, ahora de su cuello emanaba sangre; la reina había muerto al igual que su esposo.

Era una escena dantesca, -el rey y la reina muertos de una manera tan brutal en la cama- el ser, mientras soltaba el sedoso cabello de la reina miraba con esplendor y con embeleso el báculo que ahora tenia en la mano, báculo que había tomado de la vitrina de la gran sala del palacio, lanza que no debía tomar; ahora y de nueva cuenta sin ser detectado, logro salir del palacio por la parte de los jardines, monto un caballo que hábilmente había robado y escapo, tres días habían transcurrido a partir de ese brutal asesinato, “ya debieron de darse cuanta… lastima, nunca sabrán quien lo hizo”, pensaba a cada momento, mientras seguía cabalgando.

Era cuestión de unos días mas para poder llegar a esa milenaria torre, donde se suponía debía estar para de alguna manera tomar el control de todo, amo y señor… dios… eso seria cuando llegase a la torre, no sentía ni el mas mínimo arrepentimiento de lo que había hecho, temor… tampoco, aunque no sentía alegría de hacerlo, tampoco tristeza, de hecho en cuanto acabo de hacerlo, un extraño placer lo inundo pero no de matar a dos personas inocentes si no de sentir que ahora todo lo que deseaba en la vida se hubiera cumplido, era gracioso pensar en ello, pues ¿Quién en milenios se había atrevido a hacer algo como lo que el había hecho con tal de alcanzar sus deseos?.... para el, nadie.

Acabo con la vida de grandes reyes, pero… por alguna jugarreta del destino que poco a poco se tornaba en su contra, también la vida de sus sueños había terminado, ahora estaba atado en esa roca con muchas cadenas que le sostenían pies, manos y cuello, ya se había sometido a golpes de los guardias, cuatro días habían pasado desde que lo capturaron y ya sentía que la muerte lo llamaba y no podía corresponderle, era algo paradójico, finalmente los reyes ya no regresarían a la vida pero estaba seguro que el pagaría de una forma terrible, y aunque sentía que era algo aberrante no renegaba de ello pues definitivamente era justo, finalmente mato a los reyes, y… aunque no hubieran sido los reyes, de cualquier manera había privado de vida a quienes no tenían culpa de nada para morir así.

Un ronquido en vez de voz le salía de la garganta de tanto que había gritado al implorar, ahora lo recordaba todo, -aunque nunca lo olvido del todo- había desecho en un par de minutos toda la estructura de un reino perfecto. De un reino que le había dado alojo cuando mas lo necesito, vivía en la provincia de San Seynett, en el centro del continente ; mientras su hermano mayor trabajaba con honestidad para que el viviera mejor, solo se dedicaba a fraguar un plan estupido para compensar todo lo que supuestamente no tuvo, como padres, en ocasiones comida y en gran medida lo que le sobraba: maltrato de las demás personas por no ser de la región , solo quería ser alguien poderoso, sin importar la manera en que lo obtendría… que mal le había pagado a ese hermano que tanto había hecho por el, tal vez era de lo único que se arrepentía,

Un relámpago lo hizo ver el reflejo de su sombra en otra roca provocándole en gran medida miedo, pues tal vez una vez mas la tortura se haría presente y esta vez ya ni voz tenia para aliviar con gritos la sardónica risa de los guardias que se encargaban de ello, guardias que reclamaban a sus reyes, que tanto les habían dado y que mal habían pagado, pues ¿en que momento se logro meter el decadente ser que tenían enfrente?, ahora aunque lo descubriesen, nada cambiaria las cosas. Su retorcida mente le hacia oír burlas, perjurios, maldiciones, y nadie estaba con el para hacerlo, simplemente estaba enloqueciendo, ¿que mas castigo podría tener?

Cuando se disponía a quedarse dormido implorando que ya no despertase, cuatro guardias ya estaban en el sitio donde estaba atrapado, mientras unos le quitaban los grilletes de las manos, otros le desencadenaban los desechos pies, ahora otro mas lo despojaba de las tiras que tenia por ropaje para después cubrirlo con una manta negra y limpia, su rostro desecho y sus retorcidos dedos ahora provocaban lastima en los guerreros pero se libraban de ese sentimiento con el típico “era nuestro deber, mato a los reyes”.

Se levantaba poco a poco pues sus pies ya no le respondían como el hubiera querido, ya no sentía uno de ellos, tal ves era lógico ya que habían pasado por diversas fracturas, un guardia lo ayudo a ponerse en pie, mientras otro le ajustaba una cadena en su cuello ahora lo llevarían a su juicio… a su castigo final.

Sus lastimados e inmóviles brazos ya no sangraban mas y el dolor aminoro un poco, al igual que sus extremidades inferiores, ahora notaba – y sentía – que uno de sus ojos por fin se abría sin dolor, ya no sentía hambre ni sed aunque sus ganas de morir iban en aumento conforme pasaba cada minuto; ahora que recobraba cada uno de sus sentidos pudo percatarse de que la gran roca deforme a la que estaba encadenado en aquel bosque, tenia esculpida la forma de un perturbado hombre que en su rostro se formaba un rictus de dolor y de pronto…

La imagen fue otra, bondad, compasión y serenidad en aquel ser de larga túnica blanca que ahora veía delante de el.

“Tal vez ya paso lo peor”- pensó mientras caminaba en dirección al imponente bastión del palacio acompañado de los guardias que seguían al ser de blanco vestir.

- ¡ya no sientes dolor alguno, ni padecimientos, ahora tienes que estar conciente para tu juicio!- dijo a aquel ser de túnica blanca

- ¿ju. juicio?- pregunto el cautivo asesino.

- ¡si!... tu juicio, seria un pecado mortal el que te juzgáramos en ese estado tan deplorable y con tal perdida de conciencia!... – dijo el mago (pues eso es lo que era) mientras respiraba profundo , callo un momento y luego continuo.- ya no tienes rastro alguno de los golpes, así que ahora estas bien para recibir tu castigo.

Eso fue todo lo que dijo el mago hasta llegar a la entrada del bastión, no había nadie en las entradas, ni bullicio alguno que delatara a alguien, hasta que entro a unos grandes jardines, ya ahí noto la presencia de muchas personas, guerreros, reyes talvez, mujeres y probablemente mas magos, y en el centro dos grandes féretros de imperpetrable y brillante cristal, ahí los cadáveres de los reyes ahora limpios de sangre aunque con la expresión de dolor mas grande que los presentes hayan visto.

No sintió abatimiento alguno… para nada, ni el mas minino, la única angustia y desesperación que sentía era la que le causaba el querer saber lo que le esperaba; así pasaron mas minutos, el de pie en el centro de todos junto a los féretros, no pensaba en suplicar, pues sabia que por mas que lo hiciese de nada serviría, aunque por otra parte un excesivo orgullo lo detenía a la acción.

-¡si es la muerte lo que merezco, ya háganlo…! ¡No estoy arrepentido de nada! Grito el asesino.

- ¿eso es todo lo que vas a decir?- dijo entre risas el mago que lo había traído.

- ¡no!- dijo el asesino mientras suspiraba para luego continuar- ¡lo que quiero es que muera de la peor manera quien me aya delatado, y quienes me han atrapado tengan una asquerosa vida, para ellos y para sus descendientes, tal como la tuve yo!

- ¿Ahora si es todo?- dijo con una pequeña risa el mago.

- Si.- contesto un tanto inconforme el asesino.

- Y… ¿Qué te hace pensar que morirás como castigo?- pregunto el mago al asesino.

- ¿Qué otra cosa podría recibir como castigo?- contesto con burla.

- ¿de veras crees que la muerte es lo único y absoluto?

- ¿Qué otra cosa podría haber entonces?

- Tonto- dijo burlonamente el mago y continuo- ¡la muerte no es más que otro escalón de la conciencia, un nivel, con un respectivo cambio y nada más! , pero tu… no eres digno de eso… destruiste vidas inocentes, hurtaste la “llave” sagrada para abrir el portal a sabiendas de que no eres un guardián, y de que esa acción pudo haberte destruido. ahora dime tu, ¿crees que te mereces la muerte cuando bien sabes que eso bien podría ser un premio?

El asesino no decía nada, ya no podía hablar y sus pensamientos botaban por doquier dentro de su cabeza.

- ¿ahora entiendes?... ahora puedes comprenderlo verdad.- espeto el mago entre risas.

- Tú castigo ya esta decidido,- de pronto volteo a un costado suyo y grito a dos personas mas: ¡Saxielh, Bolnix!


- Anveler, es hora? Pregunto un mago llamado Saxielh al mago que enjuiciaba al asesino

- Si, así es Saxielh, ¿están listos?


- Si…-contestaron al unísono. Aunque en sus rostros podía observarse la total desaprobación.

Los tres magos con las extremidades extendidas rodearon al hombre y este solo se concreto a cerrar los ojos de pena.

El hombre quería empujarlos y escapar pero su cuerpo estaba paralizado, ya no podía moverse, algo “extraño” le sucedía.

-¡escúchame bien maldito!... te condeno a vivir a una primera pero eterna muerte, solo serás un cautivo, no podrás controlar tu conciencia ni tus pensamientos, ni enviarlos a ningún ser con vida, por lo tanto nadie podrá oírte ni hacerte caso alguno, ni siquiera en sueños, ahora has sido condenado al olvido.

Tras decir esto, un fuerte viento comenzó a girar en torno a los cuatro hombres, cada vez con más ímpetu hasta provocar que el cautivo cayera de bruces.; unos segundos después un grito desgarrador que lentamente se perdía con el silbido del viento indico que ya estaba hecho el castigo, el ser ya no estaba.

Ya no sentía su cuerpo, su grito había desaparecido, solo sentía el pequeño y a la vez enorme peso de su desacomodada conciencia y de pronto… tal vez… dejo de existir., no… aún no, para su desgracia todavía no estaba muerto, solo ausente en un infierno que lo mantenía cautivo, un lugar vació.

Los magos le habían arrebatado su forma física dejando solo su alma, encerrada en un plano inalcanzable para otra mente que no fuera del guardián o de uno de los magos jueces, solo ellos podían liberarlo de su maldecido destino.

-¡ahora dime si es que puedes!- grito Anveler entre - ¿es lo mismo la muerte que eso?... verdad que no lo es.

El castigo al asesino estaba hecho

Tres días después nuevas e importantes decisiones retornaban el asunto después del asesinato.: la llave, ese báculo extraño dorado y poderoso que intento robar aquel ser quedaría en manos de un mago de nombre Saxielh, ahora el seria quien custodiaría en una enorme torre la sagrada llave que desde su creación había cobrado más almas que siglos de vida…. Era la llave, del guardián del portal…



PRIMERA PARTE: LA LLAVE…


Texto agregado el 09-01-2008, y leído por 155 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
23-06-2010 Empezo muy bien. Me gustaria saber como va a continuar. Lo unico que cuando llevan al asesino por donde estaba la gente yo me esperaba un poco más de descripcion sobre como actuaba esta. silverdragonlord
13-03-2008 Te di solo 4 estrellas amigo rafa... Y es mas de lo que le doy a muchos. Tu historia a mejorado bastante en comparacion a lo que era cuando la lei por primera vez, sin embargo tiene el mismo defecto que la mia: No hay ni un solo capitulo terminado. Bien, ya tienes la base, y ahora si, me parece que es muy buena. Dale una pulida, corrige la ortografia, y pegate a esa computadora como lapa para terminar al menos un libro. Espero ver el segundo capitulo pronto. ARZEL
 
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