La radio encendida
copo mi mente vacia,
colmada de silencio;
el humo del incienso,
es un hilo delgado
de donde cuelga el mundo.
La torrida noche
descansa del mercurio.
Una bandada de bruma,
de forma intravenosa,
como el remanente del habano,
va cubriendo la ciudad muda:
del largo camino,
de la anchura del firmamento,
del alto cielo estrellado;
y del delirio de la zeta.

Lo lindo, lo feo,
el bien, la mar,
Suerte, desgracia, desiertos,
ma fangulo.

La paciencia es paz,
la pasion es guerra,
el dolor una tormenta,
y la risa tierra negra.

Despues nada cambio,
y ahora todo es distinto.
La mañana fue igual que la noche,
la claridad fue diferente.
La pasion dejo de soplar en
el eterno remanso de la siesta,
se dicipo el peligro del fin.

Tu nombre copo mi mente
como la radio encendida,
deje de llorar perdida,
corriendo detras de las olas,
hare paquetes y moños
para cada castillo que encuentre.

La vida va rayando
el cuerpo de letras,
y asi escrita camino
dentro de su esfera,
mis voz repite
esa cancion dibujada
por la mano del tiempo,
por las rayos del sol.

Una fiel amiga
clavo su cornada
en el cofre vacio,
y si nada tenia,
ahora tengo menos,
el amor es como un sapo
que salta por los corazones.

¿quien escucho crujir,
como un sonido a cama,
o de elastico vencido
que el viento derama?
Alusino coronas
de espinas en la frente,
que el maldito astio
pudrio con su aliento.