¿ Pero a dónde vamos a llegar ?, desde hace ya bastante tiempo estamos siendo invadidos por unos cánones de belleza impuestos desde los medios audiovisuales. Las personas se avergüenzan de ser como son, enferman por querer ser de otra manera, intentamos entrar en tallas imposibles, nos aplicamos productos carísimos para prolongar nuestra juventud y comemos potingues para mantener una línea perfecta.
¿ Estamos tontos o qué ?, somos más y podemos con ellos. Nos quieren decir que somos feos, ¡ y un carajo !, feo será su puta madre. A las chicas les dicen que tienen que ser delgadas, con el culo duro, los pechos firmes y el cutis suave como el culo de un niño chico. El que quiera follarse una barbie que lo haga, pero le aviso que crujen como una botella de agua mineral vacía, son todo hueso, donde se ponga un poco de carne que se quite lo demás. Me quieren convencer de que Julia Roberts es un bellezón, ja, ja, y ja, pero si da pena verla, coño. Pasas por un gimnasio y ves a todas esas chicas haciendo aerobic, exhaustas y sudorosas, las ves y piensas que están muy buenas, pero si te acuestas con una, parece que estás retozando con un saco de cemento, ¡ viva la carne que tiembla !.
Encima las mujeres más bellas, con tallas de toda la vida, no pueden entrar en las tiendas de moda porque las dependientas teñidas y de línea formidable las miran como a apestadas, que tengan cuidado, una lata de gasolina y una cerilla es fácil de usar y para una gordita enfadada, más aún.
Pero también los hombres lo estamos sufriendo, resulta que ahora para ser guapo hay que afeminarse, ¡ esto es la ostia!, ¿ porqué tengo que depilarme ?, el pelo tiene su función, cuándo me como un bocadillo, las migas de pan se quedan cogidas en el pelo del pecho y de la barriga, así las llevamos hasta el cubo de basura y las sacudimos, además los pelos del culo abrigan cuando hace frío. Lo de depilarse las cejas es que me toca los cojones en sobremanera, al final nos pareceremos a mi tía Carmela que de tanto depilárselas no tenía y se las pintaba con un lápiz negro. Quieren obligarnos a darnos cremas en la cara, ¡ pero si a los hombres nos dan arcadas meter los dedos en un bote de crema hidratante ! y que me dicen de esos calzoncillos ajustados, dicen que nos levantan el culo y nos marcan el paquete, ¡ por Dios!, a los hombres nos gusta llevar la cosa holgada, que está aireada. Lo que me termina de cabrear es que no se puede ser calvo, hay que hacerse implantes de pelo y parece que nos hemos sacudido los pelos de los huevos en la cabeza, ¡ basta !, soy calvete, gordito y de estatura media y ¡ estoy como un queso !, no dejaros llevar por estas modas, sed felices tal como sois, haced el amor con pasión y mandad a tomar por culo toda esa bazofia de la belleza, comed lo que os gusta aunque engorde,¡ que solo se vive una vez coño !.
He dicho.