Feliz aquel que ha dejado de amar
por estar del corazón, muerto,
libre ya ha dejado de suspirar.

Feliz aquel que lo han dejado de amar
por estar frío y yerto,
y a la nueva casa lo han de entrar.

Feliz aquel que amó y dejó de amar
por estar en desengaño,
la muerte pidiendo y no dejar de llorar.

Feliz aquel amado, pero dejó de amar
liberándose de las cadenas del engaño
mirando de nuevo a la vida y volver a adorar

Feliz aquel que guarda un bello recuerdo para amar,
y se envuelve en los momentos añorados,
de esos sueños que lo acompañan y no olvidará

Nomade...sintiendo