algo así como esa palabra me ocurrió. tenía tantos proyectos y nada, todo se hizo humo. las cosas en el mundo son manejadas de una sola manera, de acuerdo a intereses, lo entiendo pero no comparto. tenía tanta ilusión pero ya nada es verdad, todo se fue por donde vino, a la nada. mis cosas tengo que dejarlas porque me había empeñado hasta el cuelo, y hasta mis amigos estaban involucrados. ya nos imaginábamos sentados en un café de París, pidiendo un croissant, un café y ver tantas cosas llenas de encantos, acordeones, canciones de Piaf, pero ahora ya no queda mas que el sueño. todo se fue al tacho. le había dado mi dinero y el hombre ya no está, ha desaparecido, así como esta ilusión... me defiendo de todo para que esta angustia no me mate, por eso es que he salido de casa y he llegado al borde de la playa, por la noche, escuchando las olas una y otra vez, esperándome... y yo, dejando derramar mi ilusión con una sonrisa mientras desnudo mi cuerpo, entro en la mar y nado sin parar hasta el final, hasta el final de este ensueño que mutila todos mis sueños, todos menos el de este sentimiento por llegar a otro puerto... sin embargo, mis fuerzas se van y mis manos pesan cada brazada mas y mas, y tengo que admitirlo, me hundo, me muero, me muero... de pronto veo una luz y grito con todas mis fuerzas. es un bote con un farol. vienen por mí y me recogen. salto a la barca y noto que está lleno de hombres viejos, casi desnudos, pero fuertes, son pescadores... les pido ayudarles. asienten. desde esa fecha, nunca mas he vuelto a salir de la mar, con la barca, navegando de noche y durante el día, duermo para encontrarme con la otra noche, esa que disuelve todo mi pasado, dejándome limpio, así como las nubes, el cielo y este sentimiento que tengo que libertad y que me limpia cuando salgo a la mar por la otra noche...
san isidro, enero del 2008
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