Pero pasaban las horas, los días, las noches y nada ocurría y lo único seguro es que no la matarían, porque era demasiada la dedicación que ponían los encapuchados en cuidarla, no la maltrataban, le traían agua y comida cuando lo mandaba, la acompañaban si tenia necesidad de ir al baño, suplían la mayoría de sus peticiones.
Pasaron los días y ya todo estaba perdido para la joven, pero lo que ella no sabia era que ya en la agencia habían puesto en marcha el plan B (de rescate), una llamado bastó y todo comenzó. “no me falles, rescátala te lo pido” fue lo ultimo que dijo Ignacio, entes de enviarle la ubicación exacta de la espía, proporcionada por el localizador.
Volviendo a la casa del secuestrador:
-vez que no se preocupan por ti, ya ye cambiaron y de eso no hay duda. Ni yo me atrevería a hacerte eso si estuvieras de mi parte. Si te hubieras unido a mi desde un principio.-hablo el secuestrador dándose cuenta tarde de lo que había dicho.
-¿Qué dijiste?-pregunto extrañada sospechando.
-que no deberías haberte unido a la agencia.-contesto intentando salir del paso.
-no te creo ¿Quién eres? ¡Revélate!
-todo a su tiempo.- y luego de decir esto volvió el silencio.
Ya era tarde cuando una once especial fue dejada por uno de los encapuchados, era más abundante la ración y la bandeja estaba decorada con bellas servilletas y una flor.
-¿Qué celebramos?
-celebramos tu pronta caída en las redes del mal.
-¿y que piensas que me haría caer tan bajo?
-es simple, tus amigos te abandonaron, te quedaste sola y lo mas importante nadie te a venido a rescatar, al único que tienes es a mí. El factor fundamental para hacerse villano esta procreándose en ti. El odio contra alguien, pronto ya será sed de venganza y allí estaré yo para ayudarte. Lo otro se aprende con el tiempo, te lo enseñare y con lo inteligente que eres no te costará nada aprenderlo.
- ni en tus sueños, además eres un tonto, porque odias tanto a la agencia y a mi que soy parte de ella me quieres tener a tu lado, es una estupidez.
-es que tu eres distinta a todos los de la agencia y juntos podríamos hacer mucho.
-no voy a caer y ¿sabes que?... no quiero tu comida.- y finalizó dándole una patada a la bandeja, derramándola en la bella alfombra que estaba a sus pies.-adiós.
Casi al anochecer, apareció un encapuchado ante los ojos verdes de la espía, era extraño ya que no era hora de comer y ella no lo había mandado a llamar. Pero él era distinto, tenía como algo especial que reflejaba una bondad infinitamente distinta al odio que demostraban todos en el lugar y su miraba dejaba entrever una ternura que hubiera podido derretir a cualquiera que hubiese mirado a aquellos ojos cafés. Quien era ese personaje, pronto lo averiguaría.