Iba corriendo por las calles de mi barrio, cuando vi una mujer la cual estaba empapada por las gotas de la turbia lluvia.
Una niña rubia, ojos claros, una sonrisa bella con expresiones de hambre y ropa humilde.
Yo me pregunte, ¿Por qué siento esta sensación en mi estómago?
¿Por qué siento que necesito de ella?
Sentí un sonido en el suelo. Una moneda de oro, estaba en el piso la recogí, y vi como ella necesitaba algo de dinero. Entonces se la entregue. Y ella sonrió y me dijo: ¡Gracias!
Luego seguí mi rumbo por las calles de mi barrio, y esta lluvia que me daba una sensación de horror por aquella niña. Pero pensé en un momento.
¿Para qué amar?
¿Para tener esas sensaciones en el estómago?
¿Para hacerse cariño?
No vi necesidad de volver, pero sentí que debía ser solidario. Entonces volví a ayudarle y charlar con ella.
Pero unas personas de por ahí nos vieron. Y nosotros corrimos, nos siguieron. Luego por el otro lado de aquella calle estaba mas gente que nos miraba y nos perseguía. No teníamos escapatoria. Después pensé de nuevo. ¿Para que amar?

Ojo: Esta reflexión no es mi reflexión, es la del personaje de mi cuento.