Ella lo miraba a los ojos con la angustia reflejada en ellos, no sabia como iba a decirle la verdad sin que esto llevase a una discusión que seria infructuosa; porque al fin de cuentas todas las discusiones son infructuosas, y él estaba últimamente de un genio inaguantable.
Lo miraba tan atentamente que él se empezó a intimidar con esos ojos llenos de lo que el interpreto como rabia, la miraba por el rabillo del ojo, creyendo que ella lo dejaría de mirar en algún momento, pero su incomodidad fue creciendo porque no la soportaba, no creía que esa mirada fuera a traer nada bueno.
Se resigno y dejo que ella lo siguiese mirando, y empezó a pensar que había hecho para generar ese enojo tan fuerte que ni en palabras podía manifestarse,-¿Qué hice?, ¿Qué deje de hacer?- se preguntaba en esa mente cerrada y egoísta.
Ella decidió no decir nada, realmente no era tan importante, se acerco y lo intento besar pero el corrió su cara para que no lo tocase. Triste dejo de mirarlo con toda intensidad, ser levanto de su silla y lo miro, de nuevo con intensidad, pero esta vez dijo con una voz calmada, fuerte y sincera:
-La única verdad es que me enamore de ti, pero mejor olvídate de que existo, no mereces mis besos mis palabras ni mucho menos una mirada porque realmente nunca aprendiste a leerla, a ver más allá de tu propio egoísmo y de tus propios problemas. Feliz Aniversario |