-    Aquel que esta allá sentado es un escritor, muchos recién llegados lo saludan   con entusiasmo y le preguntan, ¿maestro donde estamos?, y él responde “En la perfección de la vigilia, que al parecer es eterna, tal vez  para mí este bar sea uno entre tantos de Buenos Aires o Ginebra, pero para usted, quizás solo estemos muertos”  
 
-         ¿Creés que no sepa que esta en el purgatorio?  
 
-         No se, esta ahí sentado desde que llegue y no hace otra cosa que escribir.  
 
-         Y donde esta lo que escribe, en la mesa solo tiene un bastón.  
 
-         Escribe en su mente, como el fusilado de su cuento, se le nota en el brillo de los ojos cuando encuentra la palabra que busca.  
 
-         Siempre me dio impresión verle la cara con esos ojos desorbitados ¿Alguien le lee?, yo podría hacerlo con gusto, vi hace poco una biblioteca enorme por uno de estos pasillos.  
 
-         No te molestes, él ya no esta ciego, hace unos años reconoció a su amigo apenas cruzó la puerta, fue la única vez que lo vi pararse. “Yo pensé que no creía en estas cosas” le dijo su amigo cuando lo vió.  
 
-         ¿y él que contestó?  
 
-         “Y yo pensé que usted, no iba a tener la oportunidad siquiera de estar en esta antesala”.  Después estuvieron días enteros hablando, hasta que lo vinieron a buscar a Bioy y él volvió a su escritura.  
 
-         No entiendo como él,  entre tantos años, jamás fue a la biblioteca.  
 
-         Más de uno lo quiso llevar, pero él dice que ya escribió sobre una biblioteca tan basta como le cuentan, y que existe solo porque él la imaginó, y no va a caer en la tentación de su mente.  
 
-         ¿En realidad cree, que esta imaginando todo esto?  
 
-         Nadie lo sabe, pero el día que lo vengan a buscar, no creo que vaya a venir ningún ángel, Dios mismo va a tener que venir a darle explicaciones.  
 
-         Por eso debe ser que hace tantos años que espera.  
 
-         Supongo que ninguno de los dos quiere dar el brazo a torcer.  
 
  
 
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