Al principio de este mes mi radio se dañó y lo único que podía escuchar era la emisora en la que tienes tu programa, y eso me permitió hacerme una imagen de ti. Comencé aImaginar la ropa que vistes, a percibir el perfume que usas, como te sientas, y las diferentes expresiones de tu rostro cada vez que haces algún comentario... tus equivocaciones -por ejemplo-, me dan una pista de tu cabello: -se que no lo tocas cuando hablas frente al micrófono. imagino que lo llevas largo y es lacio y suave, y quizás lo recoges cuando estás en la cabina: No hay un cambio perceptible en el volumen de tu voz, lo que quiere decir que la parte superior de tu cuerpo no se mueve mucho cuando hablas, aunque me parece que tu suples esa quietud con alguna leve oscilación de otra parte de ti. La otra noche escuché a tu compañero decir que tus piernas son bonitas; pero ya yo las había imaginado ocultas bajo la mesa de la cabina, moviéndose silenciosamente en el estrecho universo de los pantalones, las medias, alguna discreta cadenita de oro y otros aditamentos que mi mente agrega asegurando que combinaban perfectamente con el agradable tono de tu voz.
Bueno, ya reparé mi radio,aunque ahora no consigo sintonizar tu emisora. Lástima porque disfrutaba de tu compañía en mi casa. Ahora solo podré escucharte cuando trabaje de noche, entonces trataré de que tu sensación no se pierda en el cosmos de imágenes con las que tengo que lidiar para vivir.
Las palabras son cuerpo y espíritu, creo que tu presencia no es muy distinta a la imagen que tu voz ha formado en mi mente. Espero que no te haya ofendido la admiración de un radioescucha por la esencia de tu voz...

P.D.: Hay un poema de Octavio Paz, que siempre recuerdo cuando te escucho, se llama Piedra de Sol, y en alguna parte dice así:
"...Vestida vas del color de mis deseos
como mi pensamiento vas desnuda..."
Es un largo poema, pero se que lo encontrarás grato, si es que no lo conoces aún.