Inicio / Cuenteros Locales / Juanito_jonnson / Nomas poquito
El atardecer caia sobre aquel pueblo melancolico; sus calles rojizas se encontraban desiertas sin motivo aparente, o por lo menos es lo que algun forastero (si hubiera uno) podria haber percibido; o podria haber visto aquel bosque de arboles meciendose de alguna manera anormal, con tonos azules, siniestros... y sonidos infraterrenos...
Dentro de aquel empirismo circunstancial en el que se encontraba sumido el pueblo, dentro de una pequeña choza de madera y plastico un hombre depositaba a su hija en el piso despues de haberla sostenido en brazos durante un largo rato para calmarla y tratarle de explicar algo que ni el mismo comprendia
- Oye papa ¿a donde esta mi mamita?
- Esta afuera, creo que la he visto caminar por el bosque.
- ¿Y porque no la dejas entrar?
- ¿Porque no la llamas para que venga a contarme el cuento de los conejos?
El hombre trago saliva y sus ojos se humedecieron, pero logro sobreponerse y pudo contestarle a su hija
- Porque si la dejo entrar nos va a morder hasta matarnos como perros… y sus amigas y comadres tambien se pueden venir.
- ¿Que le paso a mi mamita? - Dijo la niña abrazando a su vieja y raida muñeca de trapo
- No se niña. La ultima cosa que oi del doitor fue que era por el polvo dizque de la cola de la estrella que cayo la semana pasada alla en las tierras de don Luis. El doitor dijo que ese polvo se mezclo con algo de una sustancia que tienen mas las mujeres que los hombres que se llama "estronejo" y que eso las convirtio en lo que dijo el doitor, en zombies.
Mientras el hombre hablaba, la puerta se sacudio con violencia. Alguien intentaba entrar. A la niña no le gustaba ese ruido. Cerro los ojos, se tapo los oidos y empezo a entonar un dulce canto en su lengua. Cuando volvio a abrir los ojos vio a su papa sosteniendo su machete mellado por el uso en el campo, tambien pudo ver un leve atisbo de temor en las facciones de el...
Ya no se sacudian ni la puerta ni las dos ventanas de la casita reforzadas con pesadas trabes de madera.
- Duerme, ve a tu catre – le dijo su papa.
- No puedo. Extraño a mamita.
Mientras su papa miraba hacia la vieja escopeta de caza colgada de una de las paredes de la choza, examinaba por trigesima vez los cartuchos de su escopeta, la niña pregunto.
- ¿Si todas las mujeres se convirtieron en zombies quien va a tener bebes?
Su padre se quedo contemplando la expresion en su cara y despues volvio a mirar hacia la escopeta
- Pues las niñas cuando crezcan, si no se convierten en zombies tambien.
- ¿Las niñas no son zombies?
- No. Cuando estaba atrancando las ventanas vi a Poncho bajar con sus 2 hijas a su troje de maiz mientras tu mama y sus comadres se metian por las ventanas de su casa.
- ¿Y entonces que va a pasar?
Mientras el hombre descolgaba la escopeta y le iba introduciendo los cartuchos lentamente, de dio tiempo para mira a su hija y responderle
- Pos vamos a vivir. La humanidad nomas acaba de perder unas recetas de pozole y la costumbre de andar con la ropa planchada y bien lavada...
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Texto agregado el 03-01-2008, y leído por 121
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