Esta historia está basada en hechos reales.

Esteban era feliz. Tenía un rostro soñador, era inocente como cualquier niño de seis o siete años y por eso tenía un gran corazón. Solía tener un amigo muy querido, Jesús. Jesús era muy reservado pero consideraba a Esteban como su mejor amigo. Siempre se juntaban para salir, jugar al fútbol y muchas otras cosas que cuando pequeño se disfrutan.

Era un 17 de Noviembre de 1998. Finalizaba el año escolar. La actividad en este día de clases era escribir una carta a tu mejor amigo. Esteban fue donde Jesús y le dijo: "Yo ya sé a quien le voy a escribir la carta". Jesús sonrió.

Así pasaron los días. Siguieron visitándose como lo hacían pero algo sucedió.
"Lo sentimos Jesús pero Esteban está enfermito y no van a poder juntarse por un tiempo".
"¿Qué podría estar pasando? ¿Será esto verdad?".- se decía el pequeño Jesús.

Bastaron un par de meses para que el pequeño pudiera ver a su amigo. No se imaginan lo que sintió. "¿Por qué a él? ¿Tiene la culpa Dios? ¿Qué le hicieron a mi amigo?". Esteban estaba ciego. Lloraba y lloraba desconsolado. Un tumor en la cabeza de Esteban era la pena que tenía a un inocente niño adolorido y a su mejor amigo muy apenado.

Esteban murió a los 9 años de edad. Fue velado en la capilla de su colegio. Todos sus compañeros fueron a verlo. El más impactado fue Jesús. La cara de Esteban no era la misma ya que tenía un tono claro casi totalmente blanco, no tenía pelo y se veía con una expresión de calma en su rostro. Jesús reventó en llanto y lloró así por varios días.

Pasaron los años. Revisando entre sus cosas Jesús encontró la carta que Esteban le había escrito. Decía: "Jesús
Espero que estes bien, tu familia también. Te escribo esta carta para decirte que estoy muy feliz que seas mi amigo y me entristece saber que con el fin del año escolar estaremos alejados. Pero te llamaré en vacaciones.
Chao amigo
Esteban Díaz R."