Ya en el lugar en que estaba el secuestrador, la joven se escondió entre unas grandes maquinas, para no ser vista por los encapuchados que armados cuidaban la puerta. Logró entrar sigilosamente y luego de esta gran hazaña, volvió a esconderse, ahora detrás de un auto tipo jeep, que había en un costado. Desde allí pudo observar la gran sala donde se hallaba; lo más destacable y a la vez sorprendente, eran la gran cantidad de cámaras y espejos en las paredes. “me va a ser fácil descubrir esto, con la ayuda de los lente de rayos X y el micrófono de larga distancia veré lo que planean”. Pensó.
De pronto vio entrar a dos sujetos, uno de ellos tenía la voz ronca y llevaba la cara cubierta, el otro elegantemente vestido lo acompañaba hacia una sala, mas pequeña, como una oficina.
Supuso que el primero sería el secuestrador ya que era la misma voz que en el video, mas no se le paso por la cabeza quien podía ser el otro sujeto.
-si, pero yo no puedo dejar mi empresa sola tanto tiempo y si esto se sabe mi reputación va a quedar por los suelos.-le decía el hombre al secuestrador.
- ya mande a alguien para que se encargue de la empresa, además tu sabes lo que gana con esto, tendrás dinero para vivir tranquilo 5 años a lo menos.
-pero y después.
-ahí vemos, y no me hagas tanto problema porque sabes a lo que te arriesgas- contestó el secuestrador, tras la misma penumbra que parecía que siempre lo acompañaba.
-no serias capaz. –dijo el hombre con tono de miedo y a la vez de súplica.
-¿lo crees así?
-bueno, si eres capaz, pero ¿Qué quieres que haga ahora?
-solo tienes que…-contestó el secuestrador pero la espía ya no puedo oír mas, uno de los encapuchados puso en su nariz un paño con un liquido que la hizo caer en un profundo sueño.
Al despertar, la joven se dio cuenta de que estaba amordazada y amarrada a una silla, en el centro de la sala donde había estado antes de dormirse.
-de una u otra forma sabía que ibas a caer.-dijo una voz, seguida de una carcajada que resonaba en todas las paredes.
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