Voy a cerrar los ojos. Es invierno y hemos descubierto que la manera de pasar menos frío es justamente durmiendo desnudos. Parece que estoy dormida, pero no, estoy esperando. La verdad no sé para que. Él va a la terraza a ver si los canarios siguen afuera. Y siguen. Hace mucho frío y seguramente mañana estarán muertos. Pero a él no le importa. Yo tengo prohibido guardarlos, es una especie de ritual de castigo a la irresponsabilidad ajena, que yo no entiendo y , aunque se dice bueno, nada lo hará más feliz que encontrar por la mañana los cadavercitos ahí tirados en la jaula… ya lo puedo ver… su sonrisa seca con su “¡¡JA!!” lleno de satisfacción… su “te lo dije” universal…ay!

Vuelve, se quita la ropa. Su cuerpo está muy frío y aunque fuese verdad que duermo, el contacto helado me hubiese despertado. A él le gusta que sea yo la primera, de ese modo, al acostarse, se pega a mi cuerpo y me abraza. Así él no pasa frío.

Me abraza y se acomoda para dormir… me besa el cuello… “¡¡Ni se te ocurra!!” Estoy a punto de decirle. Pero no... No se le ocurre. Se duerme enseguida y yo pretendo hacerlo, con esa envidia secreta que les tengo a quienes, teniendo sueño, les basta con cerrar los ojos. A mi no. En especial esta noche. Cierro los ojos, los abro. Miro la pared, siento su brazo rodeando mi cintura. Cierro los ojos, los abro.

No se lo he dicho, él de alguna manera lo sabe. Y sin embargo no se lo he dicho. Este ritual nocturno tiene una fecha de caducidad que ya he precisado y él no lo sabe. Cierro los ojos.

Giro dentro de la cama, estamos frente a frente y él no me mira. Está completamente dormido. Voy a irme. Lo sé desde hace semanas. Me voy de manera rotunda, definitiva y con kilómetros y kilómetros de por medio, y no he encontrado la manera de decírselo. Practico un poco en silencio mientras lo miro fijo. Se lo digo. En silencio. Mis labios se mueven. (¿Con qué soñará en ese preciso instante?) Y lloro. Muchísimo, como nunca lo había hecho, y me cuido de no hacer ruido ni ningún movimiento brusco. (Sus brazos siguen anidándome) ¿Qué pasaría si en ese preciso instante él abriera los ojos?...shhhhhhh… ábrelos, ábrelos, ábrelos… no me dejes llorar, ábrelos y pídeme que me quede, ábrelos… ábrelos!!…shhhhhhhh… No los abre. Los ojos cerrados y sé perfectamente que también toda posibilidad. Empieza a amanecer. Se lo diré/me lo diré dentro de unas cuantas horas. De pronto siento que ha comenzado a hacer más frío.