La otra versión de Qáyin
Hasta que un día Lucas descubrió mientras iba en la ambulancia, sin asombrarse demasiado, que podía doblar las campanas de la catedral, a esto le acompañaba una rudeza extrema inmediatamente después del suceso, una crueldad que le corría por las venas, y con esa brutalidad en su cuerpo intentó romper vidrios, intento matar a un perro. Pero ahora sí con asombro vio no llevado a cabo su cometido.
Lucas vivía en una departamento, en un noveno piso, vivía con su hermano Efraín, el primero era callado el segundo era el centro de la atención de todo, el primero era abstemio el segundo era un alcohólico terrible, el segundo había golpeado al primero casi hasta matarlo, el primero estuvo internado por más de un mes.
Una vez que salió del hospital empezó entonces su búsqueda interna, se levantaba muy temprano a hacer ejercicios de psicocinesis a concentrar su energía y replantearla, a almacenarla y tratar de qué con esta pudiera hacer mil cosas, pero todo era en vano, terminaba fracasando casi hasta las lágrimas, pues todo lo que quería lograr en esta vida era quitarse de encima esa carga pesada que lo había acompañado siempre y lo único que lograba mover eran las campanas. .
Y finalmente lo logró, mientras estaba sentado en el parque viendo como las palomas comían recordó aquel episodio con su hermano apuntando toda su furia hacia las palomas no para matarlas sino de envidia de siquiera poder ser una de ellas tan libre y sin tanto problema, cuando de pronto una de ellas cayó al piso entonces se dio cuenta que podía hacerlo que todo era cuestión de práctica.
Después de un sinnúmero de intentos retó a su hermano a subir hasta el campanario de la catedral, instándolo a que no era capaz de hacerlo, el movimiento de una de las campanas golpeo su cabeza haciéndolo caer estrepitosamente muriendo al instante.
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