Busqué en la yema de tus dedos mis latidos extraviados y en el calor de tus labios, mis labios adormecidos. En tu mirada serena busqué una llama encendida, la mía cuando te veo, arrimadito a mi vera Y entré a buscar en tu pecho el corazón que he perdido, pero tu pecho vacío no alberga mi palpitar ¡y afuera hace tanto frío!
Texto agregado el 29-12-2007, y leído por 618 visitantes. (32 votos)