-Manolo, ¡¡aquí llega mas carne fresca!!

Le grito un guardia a otro, y a este no le dio ninguna importancia pues era su trabajo, simplemente le dio la palanca para abrir la puerta principal de la prisión.

Al abrirla sólo entró un preso de aspecto muy joven e insignificante, al ver esto Manolo se rió y dijo.

-Jejeje, Antonioooo cada vez llegan más jóvenes dentro de nada tendremos que comprar Dodotis para estos mierdas...

Antonio se rió escandalosamente mostrando una hilera de dientes sucios y amarillos cogiendo por el brazo al preso mientras que con la otra apuraba su pitillo (era tabaco negro, un buen regalo para sus pulmones), le iba a llevar a su celda.

El preso en cuestión, se llamaba David y era un chaval de 18 años, le habían enchironado por una cuestión de robo con uso de violencia e intimidación en las personas, es decir atracó con pistola.
Era un chaval, muy rebelde y amaba por encima de todo su libertad y su orgullo pues si alguien era capaz de arrebatárselos, seria capaz de matar.
Pero desgraciadamente perdió uno de ellos y pensaba alguna forma de escaparse.

Cuando llegó a su celda, le repugno pues sólo había una triste litera cuyos colchones estaban medio cagados y una diminuta ventana al fondo de la pared, dándole un aspecto tétrico, pasó de todo cuanto había y nada mas llegar se acostó en el colchón y cerró los ojos.

Soñó durante toda su primera noche la forma de salir de allí, la forma de llegar a su barrio, de coger la moto hablar con los colegas con un par de cervezas, follarse a su novia, que era la vecina de arriba, su olor........., no quería despertar.

Mientras David soñaba, ya avanzada la noche, se escuchaba hurgar en la cerradura de la puerta de la celda, él no lo había notado pues estaba reconstruyendo su mundo con los ojos cerrados.
Y una vez escuchado el click de la cerradura, la puerta se estaba abriendo silenciosamente, Era Antonio el guarda de la prisión.

Antonio estaba entrando sigilosamente, venia con su porra amenazante a la cama de David, y cuando llegó le agarró fuertemente del cuello.
Este se había despertado violentamente pero no pudo hacer nada pues nada más intentar levantarse del colchón, el guardia le propinó un fuerte golpe de porra en toda la cabeza, dejándolo totalmente atontado.

-Vas aprender la vida de la prisión niñato.

Decía Antonio mientras se bajaba los pantalones, David no lo entendió hasta que vio el guardia como también le quería bajar los suyos, quería poner toda clase de resistencia pero no podía su cuerpo no le respondía, estaba muy asustado.

Mientras Antonio se la colocó y le envistió fuertemente por detrás a David, esté sufrió un gran dolor y empezó a llorar.
Antonio se comportaba salvajemente, hasta llegar hasta la extenuación, mientras los pasillos de la prisión se respiraban un absoluto silencio.

Una vez terminado Antonio, el guarda, se estaba metiendo la camisa en el pantalón y se fue igual de sigiliamente que como había entrado, estaba muy satisfecho y le dijo:

-No se lo digas a nadie, será nuestro secreto, ¿vale putita?, Mañana volveré así que prepara el culo jejeje.

Al reírse mostró su larga hilera de dientes sucios y dijo:

-Eres basura, JA, ¡eres solo carne de cañón!.

Mientras, David lloraba como un niño pues era eso, (sólo un niño) ya había perdido en un solo día todo lo que amaba en este mundo, que era su orgullo y libertad.

Se sentía como un despojo pues se iría a la tumba sin nada, sabia que moriría dentro de nada, quizá semanas o quizá meses, no lo sabia pero le daba igual porque al ser carne de cañón ni siquiera su juez de vigilancia penitenciaria se preocupó por él al reconocerle clínicamente.
Pero por lo menos gracias a eso era su único consuelo porque el quien se lo había quitado, es decir Antonio, también moriría igual que él.

Puesto que David era enfermo de SIDA y Antonio no lo sabia.