Irme pa’ los veintiuno
y ensancharme la cara
con un puño grosero
que me parta los dientes,
que se pegue en mi vientre
como un germen maldito
que me abra en mil partes
que se crezca en mi piel

Que soy todo maleza
de una cepa traidora
no hay aguante que albergue
unas culpas mejores.
A las dos de la tarde
cien meses atrás
me pegaba un balazo
se salvaban tus labios

Me voy al congo
a parir un miedo
de hombre proscrito
de carne olivácea
Se enjundia una arista
de pena en tus ojos
se nubla en mi cáncer
tu nombre y el mío.

Ve a mirar el río
ciego y vadear
las mismas marismas
que salan tu sangre
que vuelven vinagre
tu ilusa esperanza
vete y lejos
me arrojas al mar

(para perderte si sirvo)
Te quiero