Los cuervos malditos han devastado
Mi vieja granja querida, mi hogar
Dejando sólo putrefacción y ruina
A su paso, oscurecido por la noche
Mientras contemplo aquel paisaje
Me sonríe el sol del atardecer
Con una sonrisa de mucha tristeza
Último aliento de la esperanza marchita
Quizá cuando la noche al fin llegue
Los cuervos regresen otra vez
En busca de su última presa
Y arranquen las flores restantes
De este miserable paisaje arruinado
Entonces clamaré por la ayuda de Dios
Y repetiré en mi rostro la sonrisa del sol
Arrojando lágrimas secas sobre la tierra
Para fertilizar aquel rocoso y áspero suelo
Que proyectará mi última esperanza
En un inmenso campo de flores blancas
Ensombrecidas por el dolor de los cuervos
Texto agregado el 26-12-2007, y leído por 96
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
26-12-2007
muy bueno...
expresa un paisaje deloado que alguna vez estuvo vivo ToPoSiKoSiS
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