Todo brindis y toda celebración es motivo para que uno exprese sus deseos. La mayoría son casi utópicos, o contrarios a lo que se viene dando a lo largo de toda la historia de la humanidad. Los míos son como algo imposible de concretar, pero lo peor es que si alguna vez llegaran a cumplirse, nos quedaríamos sin eso a lo que llamamos humanidad. No son para debatir, pero tal vez los anime a que cada uno publique que es lo que le gustaría ver antes de irse de este mundo.


Deseo que en algún momento celebremos todos el mismo día y por el mismo motivo, no el nacimiento de un salvador, sino el de cada niño que nazca a partir de ese instante sin una sola posibilidad de que se muera de hambre, o indirectamente a manos de alguien más poderoso al que no le interese en lo más mínimo su vida.

Deseo que no haya miles de credos y religiones, sino una sola (el verdadero significado de la palabra religión es unión), la que pregone que el hombre no debe tener fe en las cosas que no ve, sino en sí mismo y en su capacidad de sobrevivir sin necesidad de destruir, y en que podrá vivir y dejar vivir a sus pares en un mundo que lo recibió con los brazos abiertos desde que puso un pie en él.

Deseo que los límites geográficos entre países sean una simple línea que sirva para identificar diferentes formas de vida de una misma especie, que puede relacionarse con la cultura de las demás, y enriquecerse de la misma manera, dándoles a todos la posibilidad de aprender lo diverso que es el mundo. Deseo que de ninguna manera nadie se crea dueño de un pedazo de tierra que no nació con él y que se crea con derecho a matar para defenderlo, y que ningún otro a su vez crea que puede reclamarlo tampoco como propio y atacar para recuperarlo. Deseo que ambos se den cuenta de lo ridículos que son al tomar semejante postura, como si una vez muertos esas tierras perecieran con ellos. Deseo que la palabra "soberanía" sea un insulto a nuestra inteligencia, por creer que somos dueños de algo que jamás nos perteneció como individuos sino como especie o raza.

Deseo que los tiranos comprendan que no hay voluntad que pueda doblegarse por la fuerza para el bien de nadie, y que no existe el dominio de algo que no acepta interiormente ser dominado, que los anarquistas entiendan que para reclamar un no gobierno hay que comenzar a gobernarse a sí mismo y a saber exactamente que es lo mejor para todos, y no para ninguno, que los demócratas dejen de decir que no son la mejor forma de gobierno sino la menos mala y que con esa excusa permitan que la mayoría vote por evidentes desatinos e injusticias.
En definitiva deseo que izquierda, derecha y centro sean sólo lugares en el espacio y no justificativos para ideologías que no hacen más que planteos vacíos y absurdos de la mejor manera de vivir como si hubiese una receta infalible.

Deseo que, ya que nacimos con la violencia en nuestro interior y no la podemos negar, se canalice y transforme en actividades lúdicas y entrenamiento para mejorar calidad de vida, y que jamás se aplique contra un semejante. Que si tenemos algo a lo que llamamos razón, sirva para percatarnos de que la muerte sólo debe venir de la mano de nuestra fecha de vencimiento biológica y no de alguien igual a nosotros. Si pensamos, sabemos que la violencia es irracional, si somos irracionales, nos matamos antes de poder pensar.

Deseo que dejemos de creer que una sola persona es el mal de la humanidad, cuando sabemos positivamente que es uno de nosotros y no un extraterrestre. Que tengamos la misma capacidad de decisión a la hora de poner dinero para evitar la tala de bosques o la muerte de una ballena, para salir a impedir una matanza en una guerra. Que no demos por sentado que debemos luchar por las cosas que no nos ponen en riesgo inmediato, porque si queremos evitar que se corte un árbol que provee de oxígeno que el día de mañana nos faltará, hoy muere alguien que ni siquiera tiene la posibilidad de evaluarlo. Que no esperemos que alguien dé el primer paso, sino que sea natural darlo como manifestación de nuestro instinto de supervivencia. Que el miedo no sea egoísta y que suframos efectivamente cada vez que muere alguien a quien no conocemos, porque es tan humano como nosotros.

Deseo que los integrantes de los ejércitos armados, que las fuerzas de policía o los guerrilleros comprendan que las armas que llevan son prótesis que reemplazan a una parte de su cuerpo (probablemente una parte importante de su cerebro) que se ve imposibilitada de funcionar, una muleta que en lugar de ayudarlos a caminar les sirve para manifestar su instinto violento y a la que utilizan como excusa para frenar el accionar de presuntos y reales delincuentes. Que los delincuentes y asesinos tengan el suficiente discernimiento de que tienen una enfermedad antes de cometer algún crimen, y que de alguna manera podamos descubrir cual es la cura a esa insanía mental, porque seguramente no es ni la pena de muerte ni la prisión, muchas veces más contraproducentes que el mismo mal.

Deseo que dejemos de creer en utopías, y que las utilicemos como una referencia sólida, como un camino a seguir, como un objetivo. Seguramente nadie creía que el hombre pudiese volar, y sin embargo ha llegado mucho más allá. ¿Es tan difícil pensar que un día se dejará de matar?

Llegamos al 2008 y no tenemos autos volando pero si clones. No hay turismo espacial pero si órganos sintéticos que reemplazan a los biológicos. ¿Por qué estamos tan empeñados en prolongar la vida si a la vez le damos tan poco valor?

Si tengo que expresar un último deseo sería el de no ser consciente de tanta imperfección…