Ojalá haberte sabido a los treinta o a los cuarenta
pero te quiero ahora, a los veinte

y no sé qué hacer
porque apenas tengo tiempo, te pienso y paf
se me va la calma
¿Entiendes?

me fumo un cigarrillo en la escalera, pero en vez de ayudar te hace más fuerte
y te apareces en una deformidad instantánea incorpórea
porque en realidad yo no alcancé a conocerte bien
porque en realidad yo no te besé todo lo que tenía que besarte
y no sé como responderme a mí misma qué es lo que hago aquí sintiéndote tanto
pero te quiero acá conmigo hasta el cansancio
y ahora mejor me quedo muda
porque te estoy escupiendo palabras
estoy vomitándote todo esto que siento/sentí desde que me fui y me quedé detrás de la puerta sabiendo que esta vez sí que no ibas a venir por mí porque estamos tan desgastadosy porque preferiste decirme lo que siempre estuve esperando que dijeras pero que por alguna razón se asomó por el borde luminoso de la ventana.





y es que es como un tumor localizado en alguna parte
y me duele todo el cuerpo, la cabeza y el corazón pero trato de ser fuerte y mantenerme firme porque me he despedido y porque mientras más aparece en los sueños más duele
dejé de conectarme al messenger
sólo escribo
frases que llevaban implícito, quizá, todo lo que me pasa pero siempre tratando de esconderlo
porque ya no quedan fotos
porque ya no queda la voz cuando suena el teléfono
y todo se convierte de apoco en pretérito
porque si, y porque no
y comencé a extrañarte cada vez menos pero siempre con el nombre pegado en la cabeza, porque como tú dijiste esto no se pasaba de un dia para otro
pero te sigo queriendo
como la primera vez que me di cuenta que te quería
y como la primera vez que te imaginé escribiéndome en alguna parte


me da tanto miedo dejar de ser para ti
me da tanto miedo que la nostalgia deje de acostumbrarte a mi recuerdo, a ese que nunca tuvimos
y sigo escribiendo cosas sin sentido y cosas con sentido
y me encontré con la carta que te había escrito
y me dio rabia.
me dio rabia que no hayas podido escuchar el disco que te tenía
y que no hayamos podido ir a cenar juntos un poco nerviosos y tomar agua mineral y taparte los ojos al estar arriba en el teleférico porque sé que te calmaría
y no sé

no sé qué más podría decirte hoy si ya no más y se vienen tantas deshoras que me ahoga de sólo imaginarme mirando el techo de mi pieza escuchando litoral con los ojos clavados
con esto que me aprieta el pecho,
que me quema hasta el hueso y que ya no
no más y a la mierda el verano,
a la mierda con el fly me to the moon cuando te aparecías y el amanecer que iba a comenzar a fines del próximo año o en cinco más cuando acordáramos quién sería el dueño del lado derecho de la cama.

y sí, J. nosotros también.