Un recuerdo de una vida, una balsa que atraviesa un río lleno de dolor, de colores oscuros y trampas escondidas.
Tú, la fuente de inspiración necesaria para llenar y llenar hojas aún sin estar presente. Una gama de emociones para elegir la que más convenga al momento. Setenta y ocho cartas para elegir algunas y escuchar tu sentencia.
Quizás sea por eso que ya no las busco, por el terror que causó en algún momento en mi la idea de tomar las equivocadas y enfrentarme a un futuro que no prometía nada y exigía demasiado.
La fuente de inspiración no se agota, por el contrario, aumenta y crece cada día como la mala hierba. Llega sin pedirla y sin darse cuenta se apodera de mi y pasa por mis ojos moviéndose, seduciendo mis sentidos y buscando hacerse presente de alguna manera.
Un paseo por la vida, un recorrido por las experiencias vividas y las que no alcanzaron a respirar.
Las noches sin dormir, los sabores dulces y los amargos mezclándose en tu cuerpo, en tu boca, en tu lengua el veneno te inunda pero es un veneno que no mata, sólo embriaga y deja sin luz propia.
¿por qué escribir tanto acerca de ti? De ti… por favor… en cada letra, en cada respiro estás tu, impenetrable, rígido, amargo, sin vida… en mis escritos, en mis penas y alegrías aparecen fantasmas… sólo quiero esa tranquilidad que tanto añoro.
Una canción antigua, mis constantes entregas sin esperar nada a cambio… mis insomnios, mis penas, mis ganas de morir, las de vivir, las conversaciones, la amistad, el amor, mis obstáculos, mis ganas de cambiar, de dejarlo todo, de tenerlo todo y no tener nada… mis contradicciones, mis historias… |