Caminaba solitario por la mañana, rumbo a quien sabe donde ;las calles y el resto , poco me atemorizaban.
La lluvia y el frío , molestaban bastante.
Sentía la tristeza en mi ser, por haber sido echado y librado al azar sin motivo.
Siempre fui agradecido.
Recuerdo andar complacido y feliz, cuando me preparaban alguna comida favorita , cuando todos se acordaban de mí.
No sé que pudo haberles molestado,quería a mi familia, nunca fallé.
Y un día, así porque sí, ocurrió.
La tarde igual hoy es hermosa, los niños juegan en la plaza, y nadie conmigo, se que ya estoy algo mayor , pero ,quien no quiere, que lo tengan en cuenta.
Veo una señora venir , con una niña,y parece mirarme, trae una bolsa en su mano.
Entonces-muevo el rabo contento, la olfateo curiosamente.Ella dice:-pobre perro abandonado, se nota que tuvo un hogar ,-si-respondió la pequeña.
Y yo lloré en sus narices , con ese gemido que solemos hacer los perros cuando estamos tristes.
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