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Inicio / Cuenteros Locales / perfumedeazahar / Los ojos, esos desconocidos.

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Cuando veo a través de tus ojos, me pierdo en el abismo de lo insondable. Entonces creo escuchar algunos sonidos, siento que tu alma me susurra palabras al oído, y sigo tu rastro a través de los ecos que despierta en mi interior aquella dulce música. Cada nota es diferente de la anterior, en tu alma cada nota es una melodía o, mejor aún, una canción. Ingenuamente intento escribir aquella maravillosa música en un pentagrama. ¡Tonto, no puedes vaciar el mar con un tenedor!. Así pues me olvido de todo y me dejo arrastrar por aquel laberinto que conduce a tu corazón. Tus ojos son música. Cuando yo los veo, mi oído escucha más que lo que mi vista puede percibir. Tal vez sea esta confusión de los sentidos lo que no me permite desentrañar tu identidad, descubrir quién eres para saber lo que estás pensando. Y esto no sólo sucede con el oído y la vista, sino también con el olfato, el gusto y el tacto. Todos los sentidos se mezclan, todo esto sólo por ver tus ojos. Tu melodía es engañosa como la de una sirena pero… ¿cómo podría vivir yo sin escuchar tu canto, la dulce voz de tu espíritu?.
Y así, del mismo modo que me atrajiste hacia ti, luego me repeles con un gesto de frialdad. La música es cortada por un incesante ruido de luces que se apagan, de estrellas que se enfrían. Pero lo que más me duele es quedar atrapado yo también en aquellos bloques de hielo con los que me escondes tu verdadero ser. Cuánto más te suplico que me liberes, más me punzas con el filo de tus agujas. Mi corazón es atravesado por tu frío silencioso, me atrapas en la hora más oscura de la noche. Entonces es cuando siento el verdadero dolor, tu dolor, y acepto morir entre tus garras con la esperanza de que así serás feliz.
A ti te confío toda mi vida, con la esperanza de que mis esfuerzos romperán al fin esa gruesa muralla que te cubre, para que puedas al fin volver a cantar. Es cierto que me haces daño, es cierto que a veces te temo, pero… ¿qué no daría yo por verte brillar, toda entera, a través de tus ojos a veces cálidos a veces fríos, pero siempre desconocidos?.

Texto agregado el 25-12-2007, y leído por 119 visitantes. (1 voto)


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