Oprahis es un universo cercano a muchos soles que lo arrasan, es por eso que solo se extienden desiertos en su superficie, al llegar los esbirros provenientes de la raza de Brauslor se desataron siglos de guerras entre ellos y los demonios, rompiendo el equilibrio de Oprahis y desolando aun más dicho universo, muchos demonios poderosos fueron abatidos en la invasión o murieron luego en las guerras, solo quedan unos cuantos, se encuentran dispersos y viven ocultos, sus castillos y poderes han sido devastados… hasta el mismo Aakthon se entregó a la muerte en las cavernas y abismos de la región de Bratjhas.

Nadie ha podido contener el sangriento avance de los esbirros, son fuertes y numerosos, y jamás han tomado prisioneros, solo unos cuantos han podido sobrevivir a las batallas, el ultimo en hacerlo fue Izharwik, el aprendiz de Aakthon, que no tan solo sobrevivió, sino que además, sobre la sepultura de su maestro y empuñando su espada, acabó con veinte criaturas…

Durante esa batalla muchas estrellas se apagaron ante el horror, dejando tan solo dos soles abrasando la superficie de Oprahis… las noches se hicieron un poco mas largas, y la temperatura disminuyo; durante esa batalla los desiertos enmudecieron y muchos demonios usaron sus poderes para oír y recibir las imágenes de lo que sucedía, y entonces Izharwik dejó de ser un aprendiz.

El joven demonio viajó a la región de Prathamug en donde el agua era un poco mas abundante, encontró un refugio y comenzó a curar sus heridas, ya que a pesar de haber vencido en la batalla, las garras y espadas de los esbirros también habían hecho su trabajo.

Prathamug era una región que poseía agua, lo que la hacía demasiado peligrosa ya que los engendros de la raza de Brauslor la controlaban. Izharwik tuvo la idea de recuperar algunos pozos, y se dedicó a observar los más pequeños que se encontraban mas alejados y con menor vigilancia, durante días estudió los movimientos de los esbirros percatándose de que en el pozo mas alejado ubicado a gran altura en una escarpada montaña, los esbirros casi no aparecían, al parecer ese pozo no era importante y decidió atacarlo.

Planeó el ataque para el momento en que estuvieran todos los engendros que lo custodiaban, en total eran diez, acabar con todos y de esa manera ninguno podría dar aviso, el plan era arriesgado, pero necesitaba el agua, entonces aguardo la noche…

Los engendros se encontraban destrozando un cadáver y alimentándose cuando Izharwik atacó…las montañas ayudaron a que los rugidos llegaran a toda la región, la batalla parecía interminable, hasta que una a una cayeron las criaturas…