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ya no escribo en papel y el problema más allá de si garrapateo un par de letras tintazul es que si se llegan a asomar por el borde de mi lápiz se notan muertas.
sin ánima,
como si no estuviera yo presente
evaluando cada sílaba y su sintaxis.
como si no buscara bien lo que hay adentro y me limitara a la corteza.
como si poner dos, tres, cien palabras juntas fuera acto reflejo de no sé qué cosa.
y me acordé de esas noches repetidas en que apuntaba todos los títulos tontos y las frases inconclusas que todavía no sé cerrar.
me acordé que mirando por la ventana una noche en que hacía mucho calor le escribía a las personas que tenían ciertos nombres comunes que meterse en alguna de esas galerías de manuel montt buscando un libro que nunca apareció era como ponerse los audífonos y mirar al mundo como en voz en off y que ninguna fuente de ningún parque pudo mojarme más con el rocío que la de salvador.
así estaban las cosas en esos tiempos y mirando más atrás, siempre estaba ella sentada a mi lado preguntando si acaso esta vez, si acaso el papelito del cuaderno de matemática decía, traía algo contundente, algo que fuera único.
de leer y cerrar los ojos y volver a apoyar el lápiz y sentir que la vida se nos escapaba por los dedos.
y cerrar los ojos.
igualmente dejar de escribirle al pavimento y
dejar de decir que estas cosas son suficientes cuando la verdad es
que mañana es un día como todos y yo me siento como no sé.
"como no sé"
como decir "nada"
como quedarse en pausa esperando a que amanezca, a
que entre el sol entre las cortinas y bajar el pie torcido y pensar que lo primero que voy a hacer va a ser recordarte.
recordarte a ti sin que ese sea el sentido de la mañana.
recordarte sabiendo que el hilo va a cortarse en cualquier minuto y que no quiero,
no quiero irme sin haber venido
ni que este verano me pudra escuchando sola las canciones que deberíamos haber oído en mi celular y que cambiar el azúcar por otras cosas no es la mejor opción.
el otro día sentía que me secaba y no sé si será verdad
y no sé tampoco cómo dejar de sentarme en la escalera pensando que hay alguien ahí conmigo. |
Texto agregado el 24-12-2007, y leído por 163
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