La arena en el suelo recubre los ojos del viento,
El viento en el rostro cobija la soledad del espacio,
La soledad del espacio rodea el camino a la luna,
Esa luna de plata que desnuda su cuerpo ante la noche;
Los mágicos cuerpos de luz,
Invaden con serenidad el portal de la magia pura,
Portal sin nombre que persiguen los románticos discípulos de lo desconocido,
Allí la luz se transforma,
Allí la luz acompaña la oscuridad y perfora los miedos,
Allí los placeres se transforman en reales manifestaciones del espíritu libre,
Los seres de luz se adentran a la fantasía de la libertad,
La luz de sus almas explora el entorno,
Y, como si no existiese tiempo ni ataduras,
Las ropas ya no cubren lo que el alma percibe,
Porque son los ojos plateados,
Los labios escarlata, y las manos de seda las que brillan en la oscuridad,
Continúa el deseo,
Las calidas miradas, los juegos de labios,
Y un “te quiero” susurrado al oído,
El alma descubre su armadura y descansa sobre la tierra,
Entonces, llegan los guardianes del bosque y cubren el suelo de violetas,
Las luces se mezclan dentro de un conjunto de olores,
Caricias y sueños,
En donde la naturaleza cumple su parte, al cobijar el frío de los cuerpos,
Los seres de luz olvidan el mundo por adentrarse al éxtasis de los sentidos,
Se pierden en la infinita fantasía y se ahogan en el delta de las emociones.
Allí donde la luna ilumine calidamente mientras el viento sopla fríamente,
Allí, podrás escuchar el canto del bosque,
Que aun cobija las almas de los enamorados que se pierden en la Noche Oscura.
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