A pedido de varios de los cuenteros del encuentro de ayer, que por cierto, la pasé increíblemente bien, gracias a todoooosss, subo este texto. Gracias por la invitación a tocar con mi banda "Aves de Paso", lo hemos disfrutado muchísimo, y espero les haya agradado. Mafy una ídola, Vale (Ninfadafne) gracias por la atención y Santi (Santasalarza) tb' gracias por estar en todo y por tu onda que es fantástica. Y ya que estoy les comento que al cantante de mi banda Juan, alias el Topo, le ha gustado mucho la movida y es muy probable que lo tengamos en esta pag. pronto. Dieee (onirix-mitopoeta-nihilum) qué puedo decirte que no sepas, y muy buenas fotos has sacado. FUE UN PLACER!!!!
La serpiente desliza lentamente desde el raso de tu ventana, y llega a tu cama, donde me habías dejado dormida. Se dirigía hacia mí y, con un ruido sutil, desperté. Nos miramos lo que tarda un escalofrío en tentar el timbre de la percepción, y creí entenderla; presentí en la helada una proyección imperativa. No hice nada, más que quedarme recostada, me sedujo su presencia, advirtiendo un movimiento fino, elegante, lento, pero audaz. Apoyé la cabeza en la almohada, para dejar de observarla, para no invadir su alma. Enseguida su piel rozó la mía, y, desde mi hombro, pude sentir que ella estremeció al contacto. Yo estaba exhausta de mí misma pues me agradaba su destreza; lentamente fundió su musculatura, lisa y estriada, por mi espalda, en dirección a mi pierna derecha, virando circularmente en el tobillo, para subir por la izquierda; ascendía lentamente, como en una caricia, oliendo mi piel y desvaneciendo mi temor en seducción. Volvimos en una mirada a manosear el timbre de otro escalofrío, y creí entenderla; presentí, esta vez, en su ojo pinneal, que me había reconocido. Besó la cicatriz del tatuaje de mi espalda, y palpó indolentemente mi cuello, erotizando la calma, y allí envolvió mi nuca, fina, elegante, audaz y lenta, erotizando. Tranquila, cerré los ojos, se enroscó en mi cuello, lentamente, donde me quedé dormida... para siempre... Y soñé, que lentamente, vos te deslizabas desde el raso de tu ventana, y llegabas a tu cama, donde la serpiente me dejó dormida. Al recostarte a mi lado, con un ruido sutil... preferí no despertar.
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