No cabía duda, sabía que tendría "el parto de la burra", le ocurre a todas las primerizas, y le decía a su esposo:
- A esto no hay derecho, Pepe, el barrigón que llevo y me llevas encima de la burra penca esta, ¡ Y quiero chocolate!
José la miraba con resignación diciéndole: ¿ Quieres chocolate? No debes revelar secretos de Estado, aún faltan mil y pico años para degustarlo...
María se quejaba, con el reloj de arena en la mano contaba la duración de las contracciones...
- Pepe, he notado el "clonk", y tengo contracciones cada tres minutos...
- Pues dile a la paloma qué dónde carajo se ha metido, no llevo la tarjeta de la mutua y no podremos entrar al hospital...
- Pepe, sabes que no quiero ir a la mutua, prefiero el seguro público, en la sanidad privada te hacen la cesárea corriendo, con tal de cobrar la cama varios días...
- María, por mí como si lo quieres tener en un establo, ¿ Te pusiste el tétanos?
- Faltaría, como no están oxidadas las espadas de los romanos...
- María, aquí nos quedamos, Belén se llama el sitio, no está mal, un poco alejado de la autopista, pero vamos...
- Ea Pepe, que ardores, yo creo que viene con mucho pelo...
- Que venga como quiera pero con salud, mientras no se quede en casa hasta los treinta años y aprenda un oficio... |