Ya estoy de vuelta, siento mi marcha repentina, pero no podía hacer otra cosa.
He vuelto a casa, después de un periodo muy complicado. Y aunque he vuelto aún no me he encontrado... todavía hay muchas cosas que duelen y que acechan por las esquinas, esperando cualquier descuido para volverme a atacar, pero espero que ahora no consigan tanta ganancia por cada ataque.
He vuelto, y me siento solo rodeado de gente, porque no sé bien que soy, no creo en mi, ni en lo que hago ni en lo que pienso, ni en lo que creo.
Pero la vida es cambio, y ahora toca fluir, reinventarme a mí mismo, a mi mundo que se ha tambaleado tanto, que se destruyo por completo. Y como de la de la nada surgió a la nada ha vuelto, y de ella volverá a nacer para volver a dar cobijo y consuelo a todos los que en él quieran, y puedan trasnochar entre risas. Y dormir entre sueños hechos realidad.
Sé que de no tardar mucho todo volverá a rugir entre chaparrones de dolor, de rabia e impotencia, pero espero que los cimientos de nuestros nuevos días sean más firmes y mi nuevo hogar lo soporte, no sin perdidas, pero sí con fuerzas. Y que esta casa dure, entre dudas de su resistencia, hasta que regrese el ojo del huracán, calma ilusa de una nueva caída, donde todo es felicidad, retazos irónicos de una vida perfecta, pero mensajero silencioso de nuevas tormentas.
Chicos soy el pinguinix que resurge de sus cenizas
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