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Inicio / Cuenteros Locales / dalvenjha / EFECTO DESENFOCADO.

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Óyeme hermano,
Contesta hasta mi sombra.
¿Que piensas de la muerte?,
Que te dimos y el frío.



Cuando se cruzaron en un paradero cualquiera, nunca hubieran pensado que el destino es el motor que hace girar a la rueda esa que llamamos mundo. Los engranajes perfectos que se daban en la noche silenciosa, inútil huir de todo lo premeditado.

Al fondo la música de Chabuca, Parecía venir de las carretillas esas del fondo, donde para mayor anacronismo un vendedor de casettes aun sobrevivía en Lima, sobrevivía como sobreviven los atormentados, mirando para otro lado, abstraído en la música, imbuido en el sonido grave y crepitante de un casette viejo, como salido del fondo de los tiempos a recordarnos, que, para huir solo debemos estar metidos en una coraza de detalles que no le importan al resto del mundo. Solo a nosotros.

Como detalle de fondo, la carretera llena de combis.

Anacrónico campo de almas, el siguiente paso es solo uno más, ni siquiera tiene esa máscara de importancia que le dan la gravedad a los asuntos de la calaña siguiente: Están leyendo un poema más. El giro otoñal, las hojas que caen, no hay más libros metidos en medio, él está leyendo un libro, nadie dice nada más.

¿Quién iba a decir que se murió tan chibolo?, creo que era guerrillero, pero eso no importa, lo importante de la muerte es que termina con el camino, luego no hay más que decir, los años no pasan sobre los cadáveres, ni siquiera el tiempo borrará tus huesos enterrados por ahí.

Mi muerte no será anacrónica, será final de telón que caerá del techo asombrando a todos, mientras recito mi última línea tendrá que esperar a que termine entonces.


Las sangre que entregaste,
Nos ahoga.
Desde el fondo del tiempo,
Y tu canoa.


La guitarra sonaba suave en el punteo, no había otro sonido si no el de la abstracción el de la muerte que nos sorprende así, atrapados en cosas tan importantes, que al final los demás terminan por no entenderlas. -¿Está usted seguro de que guarda tanto tiempo ese casette?- el hombre solo mira de costado como pensando en que ese chiquillo es más molesto aun que las moscas del medio día cuando el calor arrecia. El silencio dibuja una parábola en la mirada que va a caer en el suelo, “Como sobreviven los atormentados, mirando a otro lado.”

Viejo debes tener algo más en que pensar… -¿Cómo dices que se llama esa canción?-


Hay hermano,
Si pudiera suplicarte.
Suplicarte tan fuerte,
Que volvieras.


El hombre caminó despacio al centro del salón como midiendo sus pasos, afilando la hoja que tenía en las manos, mirándola una y otra vez, estableciendo la trayectoria adecuada, pensando en que dirían al oír todo eso, canción nueva, canción copiada, un cover. La gente como arena en esa orilla, - ¡Demonios, que bueno sería que lloviera! -. La gente marrón amarilla, incomprensible, ineludible, llamando, aplaudiendo, esperando.

Aún no era el momento. ¿Miedo al rechazo?.

El hombre empuño la guitarra y comenzó diciendo: Esta ya la conocen…

Desde un triste tañer,
Joven ausente.
Alerta estoy a tu costado abierto.
Inmolada
Paloma solitaria.


La chica mira el cielo y ve las palomas sobre la cúpula de la catedral, al niño en la calle, con la mano en los bolsillos, la caja a un costado, el hambre que no puede esconderse como las manos sucias, estampado en la mirada ausente. “Como el viejo de la carretilla”, ahora mismo hace calor, y el cielo se dibuja azul, las nubes solo parecieran algodón en medio de este mar difuso, como un efecto desenfocado, su propia mirada ausente desdibuja lo que no interesa. El tiempo sabe alcanzarnos para que rindamos cuentas, así que no hay apuro alguno en seguir así un día o dos, la ventaja es solo aparente.

Las campanas suenan sobre el ambiente, no hay cambio alguno, la vibración solo hace removerse el agua en la pileta, es lo único que ha perdido la calma, incluso el movimiento de la fotógrafos es solo una mascara atemporal, todos guardan la misma distancia, el mismo secretismo, los mismos ojos en el suelo. Demasiado reales para su propia cámara, así que coge sus cosas y comienza a irse.

Hoy no ha hecho ni un solo click.

Hay! Deja mirar tu río,
Cuando vuelvas.
Aquel que me prometen,
Tus flores de poeta.


-¿Y dices que se la escribió a un terrorista?- preguntó el hombre atraído por la historia vistosa, la revelación, que ojalá hiciera voltear la cara con sorpresa al viejo este que no termina de decirme que si, o que no. Solo escucha, se abstrae, como si se sumergiera en lo más hondo del sonido, aunque no venda nada, aunque solo sea un adorno. Tan viejo como la carretilla, pareciera una estatua de granito mal delineada, como quien diría “La realidad es más increíble que el cubismo a veces.”

Joven ¿Ya tocó la canción? , ni una sola silaba más.

El hombre bajo la mirada y trato de esconderla como el viejo, mirando la pileta como escapando de los ojos fijos aunque estuvieran en otro lado, hasta su misma respiración estaba medida, parecía que todo esperase una reacción suya, para terminar con ese ciclo de ausencias. Solo un sí.

Lentamente como un lamento, movió la cabeza de un lado para otro.

El viejo volvió a moverse y mirar la pileta, el momento tensión había terminado, el estrecho lazo que parecía tenderse entre ambos se corto, como una navaja hubiera pasado entre los dos, dejando heridas sangrantes, que solo se ven con los ojos imbuidos en la sensación de decepción. Nadie hubiera esperando que el viejo volviera a hablar.

- Y sin embargo es una canción tan bonita, Ud. viene a escucharla a diario, aun cuando se haga el indiferente. ¿No podría ud tocarla ahora para mí?

Los lazos parecían tenderse una vez más, como quien evita todo eso, como quien no quiere la cosa, “Tengo la guitarra en la espalda.” Finalmente, no hay nadie observando directamente, y tenía tantas ganas de hacerlo, que cedió apenas sintió la mirada encima de él. Sacó la guitarra, comenzó con el punteo suave.

-------------

La mujer no pudo evitar mirar al otro lado cuando noto el movimiento de la estatua de granito mal perfilada, con un joven al costado, cuando notó que el sol arreciaba peor, y las palomas huían del techo de la catedral para buscar un lugar mejor donde pasar el momento, o donde recibir más comida. Anacrónico un viejo carretillero sobrevivía en Lima como esas quintas a punto de derrumbarse. El llanto de algún niño perdido como fondo, los carros viejos, y el humo.

La escena rompía la monotonía del ambiente tan cuadrado, tan repartido, lo poco usual de todo ello. El joven con la guitarra fuera cantando para le carretillero, un momento para buscar el encuadre, para esperar las condiciones adecuadas de luz, para esperar que se detengan un poco.

Hoy ha hecho un click.


Las sombras, los silencios los olores.
Lloran aún mas hondo,
Al recordarte.
Haciendo guerra,
Con tus flores buenas.


El hombre caminó decidido al centro del salón, nadie más esperaría aquello. Fue mirando al público, midiéndolo, como esperando el encuadre adecuado, el momento preciso, como sosteniendo el gatillo en suspenso, a punto de apretarlo, de sorprenderlos, de dejar escapar todo el aire y hasta ahí llegó.

El público estaba expectante, atento, vigilando, como mirando de costado, deseoso de oír de dejarse arrastrar como siempre. Pero él estaba callado, y nadie podía explicarse por que, ni por cuanto tiempo. Con el último rezago de miedo comenzó un rasgueo conocido y el mundo respiró tranquilo, todo caminaba según su curso, no había nada fuera de lo normal.

De pronto se detuvo.

Sin explicar como, ni por que, comenzó con algo distinto, un punteo suave, algo como un brillo en sus ojos se dibujó, y comenzó a cantar: “Óyeme hermano, contesta hasta mi sombra…”

La chica de la cámara lo observo un momento, y concluyo, “Como un efecto de desenfocado.”

Texto agregado el 23-12-2007, y leído por 544 visitantes. (13 votos)


Lectores Opinan
05-02-2008 Ya te había leído este texto aunque no te diré lo mismo que en mi anterior comentario porque podría aportarte más desde este usuario. De la forma te diré que revises el segundo párrafo (de lo que no va en negrillas) porque tienes un error de edición en la primera línea de ese párrafo con "fondo" y utilizas la misma palabra 4 veces. Es un error muy pendejito pero que le resta enganche, especialmente al inicio. Por lo demás me gusta el tono de la narración, me gustan las metáforas que no caen en el lenguaje poético. Me gusta la referencia a Chabuca por ser algo muy de tu tierra. Respeto los autores que tienen en cuenta lo propio. Es un texto madurado que solo necesita alguna revisión de forma. 5* Tachitta
24-01-2008 perforado el servicio de desayunos la ventanas del hotel se volvieron carne Rancho_Mental
23-01-2008 ..."un vendedor de casettes aun sobrevivía en Lima, sobrevivía como sobreviven los atormentados, mirando para otro lado, abstraído en la música, imbuido en el sonido grave y crepitante de un casette viejo"... marqué estas líneas desde el principio y, mira nomás, son el motorcito de todo lo restante... Muy bueno. Aristidemo
06-01-2008 siempre sorprendiendo el lucho este... algo de kilca por alli? saludos loco blindman
31-12-2007 Muy bien! Rosinante
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