Tenia entre mis manos la carta y el libro abierto.Mi rostro humedecido por las lágrimas; de repente me estremeci de miedo y oí una voz conocida a mi espalda.En aquel mismo instante me arrebataron la carta.
Me sujeto por el brazo y con su otro brazo extendido trato de leer la carta.
!antes muerta que permitirselo!.
Por la mueca de su rostro adivine que pudo leer las primeras lineas, enloqueci.Me precipité sobre él y le arrebate la carta.
Presuponiendo que intentaria recuperarla, la oculté rapidamente en mi pecho y retrocedí.
Nos miramos unos segundos retandonos mutuamente.Me estremeci por un segundo; él palideció sus labios temblaban, la cólera le inyectaba los ojos, rompió el silencio y gritó
!basta!, no preferira que emplee la violencia.Deme la carta de buen grado.
Me fue imposible pronunciar palabra alguna.
¿Ha oído usted?- me preguntó, y dió dos pasos hacia mí.
Avanzó otra vez hacía mí, permítame dijo_mientras me sujetaba la mano-No se irá usted como si tal cosa..............
Sin esbozar una mueca y totalmente muda, separé su mano de la mía.No puedo permitirle que reciba en mi casa las cartas de su amante-me gritó.
!Cállese!le miré loca de desesperación.
Le supliqué con la mirada que no siguiera, le perdonaría tal ofensa si se detenia hay.Me miro fijamente, mientras vacilaba.
Es menester terminar esta situación-dijo más sereno-le confieso que su mirada me hace vacilar-su sonrisa era extraña.
Pero para mi desgracia, pude leer el principio de la carta y es una carta de amor, no me hará dudar señora.
Si he dudado por un sólo segundo es debido a sus buenas cualidades de farsante.
Mientras hablaba, su cólera crecia.De él no esperaba piedad alguna; de mi misma no sé ni lo que esperaba.