¡Oye amiga!

Oye amiga,
le dije a mi jefe
que tenías buenas vibras
y que parece que no envejeces.

No debí mostrarte
como muñeca de escaparate
porque presionó a su secretaria
hasta lograr encontrarte

Ahora que está aquí
te tengo que advertir
que, aunque no mentí,
él solo se quiere divertir.

Así, pues, te sugiero
que no aceptes el trabajo
que pronto vendrá otro tajo
De oportunidades con más dinero.

Te encuentro llena de emoción
y aunque sé que estás necesitada
espero que no caigas en una pasión
de infidelidad desenfrenada.

No me odies, ni me agradezcas
que no me siento orgullosa,
pues prefiero que estés ociosa
a que sigas con esta yesca.

Mi jefe no es de fiar,
de ti se cansará
y te de dejará
por carne nueva qué probar.

Además, tengo que admitir
que me siento un poco celosa
y aunque me tildés de odiosa
no te quiero mentir
porque a este hombre no lo quiero,
pero lo deseo más que tu
Y aunque siento que te hiero
llevaré esa culpa a mi ataúd.

Así que te recomiendo
que no pases a la entrevista
porque, no te miento,
no me gustará ni una pizca.

Si tanto aprecias mi amistad
espero verte en otro lado,
como muestra de hermandad
pues aprecio el pasado.

Búscate otro trabajo,
Y nunca digas que te rebajo
a dama de un señor
que no quiere tu amor.

Pero si vos querés
andá y probás
a ver si entendés
por qué te están mirando raro los demás.