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ADN

Por Lino Sangalli

No sé cuánto tiempo más voy a estar sentado aquí, en esta incómoda silla de mierda frente al mugriento escritorio de este tombo conchasumadre que se las da de importante.
Apuesto que no es más que un pestífero sub oficial de tercera que quiere darse ínfulas. Ya conozco a los de su calaña. Al principio tratan de atarantarte y darte miedo, para después aparentar ser condescendientes y lograr que confíes en ellos. S i lo haces, estás cagado. No tienen nada en mi contra. Por más que me interroguen, amenacen, golpeen y hagan lo que quieran no podrán sacarme nada porque quien nada sabe, nada puede decir.

Me jode el nauseabundo tono verde de las comisarías, tanto en el interior, como al exterior, todas son iguales. No sé si se debe a una generosa donación de alguna fábrica de pinturas, que no pudo vender la producción debido a lo feo del color o a un gran negociado entre los jefezotes, con el ministro. La segunda hipótesis me parece la más probable, dado el alto grado de corrupción que corroe nuestra sociedad.

Lástima que la vieja se muriera, era buena gente y le vacilaba juerguearse con nosotros. Cosas de la vida, chico. No se pueden prever algunas mierdas en la vida. Si hasta pareciera que algunos nacemos con el signo de la piña marcado a fuego en nuestras frentes y contra eso no hay cura posible. Los argentinos le llaman, creo, mufa, los gringos jinxs y nosotros piña. Seguro que en cada país tienen su palabra especial para nombrar a los que son como mi primo Johnny, gente común y corriente a los que no les sale nunca nada bien sino todo lo contrario, parecieran atraer las desgracias, aún en las situaciones más inocentes.

Yo sabía, y me alegraba por él, que Johnny por fin había encontrado el amor. ¡Vamos! Si es que se le puede llamar así a una relación con una mujer mayor que te abre las piernas.

A pesar de sus casi treinta años, mi primo aún era virgen porque no había podido vencer su timidez y nunca fue capaz siquiera de hablarle a una chica. Cada vez que estaba cerca de alguna, era como si al tipo se le colgara el sistema y era incapaz de articular oraciones completas, sino únicamente monosílabos, razón por la cual las chicas evitaban su compañía.
Ya cuando llegamos a la edad en la que todos nos hicimos hombres, los amigos tratamos de animarlo a que tuviera su primera relación sexual con una prostituta, algo que a él le pareció indigno pues, el pobre creía que el sexo sin amor no vale. Respetamos su decisión y lo tratábamos como a uno más del grupo, que es lo que en realidad era, pues todos lo estimábamos, aún las chicas aunque ninguna lo aceptara emocionalmente. Así fue pasando el tiempo sin que las cosas cambiaran para mi primo, lo cual era casi como un baldón para mí y el resto de nuestra numerosa familia.

Cuando alcanzamos la mayoría de edad, siguiendo la tradición de nuestros ancestros ingresamos al negocio familiar, incluyéndolo a él. Nos pusieron a trabajar en la misma división; venta y cobranza de protección, negocio que incluía gran interacción con los clientes. Él resultó ser muy bueno en esto, aunque cuando el ejecutivo a cargo de la firma del cliente resultaba ser del sexo femenino, indefectiblemente yo debía tomar a cargo las negociaciones, pues a él se lo comieron varias veces, lo que resultó perjudicial para la salud de nuestro padrino. Aparte de eso, era muy cumplidor y eficiente en sus labores hasta que conoció a Alma, un viejo reptil con forma de mujer, pero fina y elegante, insaciable y conocedora de todos los secretos del amor. Parece que ella no había conocido jamás a un hombre virgen y por eso decidió experimentar con Johnny. ¡Puta madre! Debo confesar que hasta yo me hubiera apareado con aquél antiguo reptil, pues conservaba las formas de cuando recién había salido de su huevo y seguía siendo tremendamente atractiva. El caso es que el pobre Johnny se enamoró de a verdad del saurio viejo y empezó a ampliarle los plazos de pago y hasta, como le descubrí una vez, a pagar las cuotas de su propio bolsillo. Todos los que estamos en el negocio sabemos que el principal mandamiento del gremio es no conceder jamás ampliación de plazos vencidos, porque es perjudicial dar mal ejemplo a los demás clientes. El respeto es muy difícil de ganar y mucho más de mantener, así que pueden darse cuenta del problema moral en el que me hallaba metido. Por un lado la lealtad hacia la Familia y por el otro el cariño a la familia. Un problema realmente embarazoso.

Decidí hablar con Johnny, hacerlo entrar en razón y que comprendiera que estaba jugando con fuego y poniendo mi pellejo en el asador. No hubo forma de que entendiera nada de nada. Es conocido el dicho: “pelo de chucha resiste más que cualquier lucha” y me vi frustrado en mi intento, pero no podía permitir que mi primo cagara mi carrera. Con la suya podía hacer lo que le diera la gana, pues era su vida la que se jugaba, pero yo me considero muy joven para morir. Me puse a pensar en una solución, a pensar, pensar, pensar, hasta que di con la respuesta: desenamorar al Johnny del saurio, dándole a probar una abejita reina. ¡Claro pues huevón! Esa era la solución y teniéndola a la vista no la había mirado. Así es que lo llevé a una de las mejores casas de putas - nuestra Familia manejaba las mejores de toda la costa del país - con el pretexto de cobrar unas cuotas atrasadas e inspeccionar nueva mercadería recién llegada de los Balcanes.
Allí conoció a Tatiana Malakhova, Tanya para los amigos, un monstruo de mujer de diecinueve añitos y un metro con noventa y ocho centímetros, descalza, de una belleza deslumbrante y casi virgen, dueña de uno de los rostros más bellos que he visto en mi puta vida, ¡y vaya si los habré visto hermosos en este negocio! Quedó estupefacto al verla, tal como yo había planeado, es más, creo que unos grados más altos que la estupefacción. ¿Cuáles podrían ser? ¿Estupidez simple y llana, obnubilación sexual, atracción fatal? No lo sé, pero quedó hecho un guiñapo. Poco más o menos que un robot o una masa de arcilla para moldear en mis manos. Supe desde la primera expresión que puso después de mirar al portento, que el saurio había quedado en el olvido, que había pasado a algún recóndito rincón de los archivos de su mente y que ya era desde ese momento, sólo un recuerdo para Johnny. Ahora me sentía bastante mejor y mucho más a salvo. Había recuperado mi aplomo. Lo demás era cuestión de simple trámite. Logre superar la tormenta. Una vez más, me di cuenta que he nacido para grandes logros.
Al día siguiente, después que mi primo pasara la más extraordinaria noche de su vida, donde experimentó posiciones que desafían la ley de la gravedad y conoció que el sexo tiene más de mil facetas y que la juventud del adversario es un asunto importantísimo, ya que es ley que el mayor de la pareja, se nutra de la vitalidad de la juventud de la antagonista, lo fui a buscar temprano, a eso del mediodía.
Cuando me abrió la puerta, llevaba puesta aún una cara de cojudo de pedestal. Entiéndanme bien, no de un cojudo cualquiera sino uno de pedestal, que si bien es igual, no es la misma cosa, no sé si me comprenden. En fin, lo desperté de su sueño sexual diciéndole:
- Hola Johnny, debemos arreglar el asunto de la tía Alma. Le debe mucho dinero a la Familia y nos han ordenado saldar esa cuenta a más tardar hoy día. Ya sabes, con plata o con la estirada de pata. No hay otra man.
- Bueno, respondió para mi estupor, iremos pero déjame hablar a mí. Me conoce mejor que a ti.
Escuchar eso sonó como música en mis oídos. Al parecer no tendría que intervenir y me quitó un peso de encima ya que sabía que sería una deuda difícil de cobrar.
Al llegar a casa de Alma, nos abrieron la puerta como a viejos conocidos, sin la menor medida de seguridad.
Pasamos al salón y esperamos menos de cinco minutos hasta que apareció el aún apetecible saurio con una sonrisa en los labios y un atuendo casi transparente, que apenas cubría sus partes pudendas. Se acercó a mi primo y lo saludó con un amoroso beso, como siempre lo hacía. Se sorprendió un poco cuando comprobó de los labios de Johnny que algo había cambiado.
Su semblante se transformó en un instante y mirándome me preguntó:
- ¿Qué es lo que pasa, qué quieren?
- Alma, tienes una pesada deuda con el sindicato y no quieren que engorde más. Nos han ordenado cobrarla hoy. Lo siento. Dijo mi primo, lo que me permitió soltar un suspiro silencioso mientras rastrillaba mi Glock 9mm calladamente.
- Ya te he dicho, huevón de mierda que no pienso pagar nada a tu puto sindicato y que se pueden ir a la mismísima mierda. Diles eso a tus amos y ahora puedes largarte de aquí y no te olvides de llevarte contigo a este pelotudo, que no aguanto verle la cara, dijo en un tono que no dejaba ninguna duda de la determinación de sus palabras.

Johnny escuchó imperturbable y puso una expresión de inmensa pena, sentí lástima por él. Luego le dijo:
- Alma no tienes por qué reaccionar así. Tú sabías que había que pagar tarde o temprano. Yo te he estado ayudando porque te amo, pero ya llegamos al límite. Nunca escuché a mi primo hablar con tanta determinación. Al parecer Alma tampoco y se mostró sorprendida. No obstante todavía sacó fuerzas para decirle:
- Me tienen sin cuidado tu sindicato y tú. No pienso pagar ni un centavo y si no se retiran ahora mismo los haré sacar a patadas por mi personal. Le respondió altanera acercándose al botón para llamar a seguridad.

Fue el último movimiento que la pobre realizó en vida. Johnny de un certero disparo en la frente acabó con ella. Para ese tipo de trabajos es preferible utilizar una .22mm provista de silenciador - el más recomendable es el AGZ TD, de rosca fina, que garantiza no más de 42 decibeles - Luego enrollamos el cuerpo en una hermosa alfombra persa y la sacamos de la casa sin hacer ruido ni ser notados por su guardia. Nos deshicimos del cuerpo en un basural cercano a la ciudad, donde lo disolvimos por completo utilizando ácido. Solo quedó un polvillo que nos ocupamos de esparcir en diversos lugares muy alejados unos de otros.

Desde que existen las pruebas de ADN y otras tretas forenses, nuestro trabajo se ha visto complicado, pero un buen profesional sabe contrarrestar los métodos de los tombos.

No tardará en llegar Valentina Ivanova con tres de sus chicas y jurarán que he pasado con ellas los últimos dos días completos, así que tendrán que soltarme. Otra vez libre como un halcón.
A Johnny no lo arrestaron porque aún no tiene antecedentes, además se largó de luna de miel con Tanya. Espero le aproveche porque se lo ha ganado con su trabajito. Parece que por fin tiene futuro en la Familia.

Texto agregado el 20-12-2007, y leído por 87 visitantes. (0 votos)


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