Sempiternas marionetas pendientes de hilos, oscilando, sin rumbo definido... se dejan llevar absentas de reacción sin ni siquiera plantearse el por qué de su existencia.
¿Tan difícil es vivir?
Necesitan aferrarse a algo y lo hacen. Lo malo es que no se dan cuenta de que no son ellas las que eligen. Buceando entre pensamientos monótonos, repetitivos, simples... y a la vez tan intensos.
No entiendo nada.
Cada pequeño detalle pasa desapercibido. La belleza se oculta y escabulle perdiéndose lenta y asquerosamente, sabiendo que lo que busca en realidad es la muerte.
La muerte... parafernalia instructora de lágrimas, creadora de dominios y alegrías.
No. No es tan difícil dejarse llevar, simplemente es triste. Practicar la austeridad con uno mismo crea espectación; un circo de almas -las que oscilan- que envueltas en gruesas capas de maquillaje danzan orgullosas del murmullo de aplausos que las rodean.
Texto agregado el 02-04-2004, y leído por 139
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Lectores Opinan
02-04-2004
¿te has preguntado de quien es la mano que mece la cuna? chidoone
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