CRÓNICA DE UN INCENDIO (Décimas)
El 03 de diciembre del presente año, un incendio consumió completamente el edificio de la Facultad de Ciencias “Dr. Emilio Pugin”. Todo lo material, tanto oficinas de los académicos, como laboratorios, de los Institutos de Física, Química, Química y Farmacia, Microbiología, Bioquímica, Zoología y Botánica fueron arrasados por el fuego. No sólo se perdieron los bienes de la Universidad, sino también todos los libros y materiales de trabajo de los colegas y también alumnos que en ese edificio trabajaban, llámense Informes de Investigación, Proyectos de Investigación concluidos y por concluir, Tesis de Grado de Magister y Doctorado, tanto escritos en papel como en la virtualidad de los ordenadores. Pero sobretodo se consumieron los recuerdos de más de 50 años, que permanecían en ese edificio y que en gran parte correspondían a académicos actualmente en ejercicio de sus disciplinas. Un hecho que realmente fue lamentable y que no sólo afectó a los que en la Universidad laboramos, sino que a toda la comunidad valdiviana, para la cual la Universidad Austral es realmente un símbolo, pues Valdivia es y será una ciudad universitaria. Ante este hecho he querido dejar una crónica de mi testimonio escrito en décimas para todos mis grandes amigos y colegas de La UNIVERSIDAD AUSTRAL DE CHILE.
I.
En la semana inaudita
del tres de diciembre en curso
en este año con sus recursos
las ciencias cosmopolitas
de miradas infinitas
perdieron su alojamiento
por fuego sin miramiento
en su edificio adecuado
a la Isla Teja asentado
y de mucho lucimiento.
II.
Con los ojos muy perdidos
en los años de academia
y al borde de la blasfemia
con el llanto contenido
todos vimos sorprendidos
como la obra de una vida
en humo quedó perdida,
la Universidad entera
con Rector en cabecera
permaneció compungida.
III.
Me ha zapateado el buen mate
por tanto fuego dañino
se ha quemado hasta el pingüino
puesto en un escaparate,
¡Hay mi Dios qué disparate!
Ardió too el edificio
que guardaba beneficios
de las ciencias cultivadas
por mentes muy proyectadas
productos del buen oficio.
IV.
Y que decir de los peces
que nadaban en vitrina
llenita de aguamarina
por ellos y muchas veces
lo llamaban sin dobleces
¡ahhh! “el de los pescaditos”
y que estaban a pasitos
de varios laboratorios
pa’ estudiantes meritorios
y en carreras circunscritos.
V.
Mis amigos, el Biólogo
el Físico, el Químico
vecinos de un Bioquímico
entre otros muy homólogos
pa’ entro en un monólogo
comentaban sus recuerdos
que se iban sin un acuerdo
junto al fuego traicionero
y que jue muy duradero.
¡Lo bueno es que ellos son cuerdos!
VI.
Costará una gran fortuna
levantar de nuevo el hogar
de la Ciencia muy singular
pero voces oportunas
de una muy buena tribuna
dicen que hay solidaridad
pa’ ayudar a la autoridad
a tener de nuevo al Doctor
Pugin en símbolo adjutor.
VII.
Pa la Universidad Austral
que es de toos los valdivianos
de Los Ríos ciudadanos
nada puede ser anormal
pues Ciencias es buen capital
por ello deberá construir
y nadie lo podrá discutir
quedando de testimonio
ese muy buen patrimonio
Edificio pa’l porvenir.
VIII.
Dicen las autoridades
que el dos mill ocho siguiente
y todos los subsiguientes
se darán facilidades
para que no haya ansiedades
entre los que se mudaron
y que el trabajo ambientaron,
también pa’ los estudiantes
los que son muy abundantes,
pues ya lo planificaron.
IX.
A mis amigos les dejo
con décimas, éste mi escrito
en el que poco he descrito,
por aceptar buen consejo,
a quienes dejó perplejos
con nombres y apellidos
pues no tendría sentido
son tantos que yo no podría
aunque tenga una maestría,
¡quedarían confundidos!.
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