Despierto
los pájaros cantan desafinados
y las pocas gotas del rocío
desaparecen en las paredes sin pintar.

Encierro mis pasos
resucita mi dolor de muela,
mi rostro se derrite
las pesadillas inventadas
se cuelgan de mi rostro

Ronronea mi estomago
todo se calla
abro el grifo de los decibeles
y salgo como chorro de tubería vieja
ronronea la lata de sardinas
todas calladas
me invade la tos
y las -no miradas-
de sus -no rostros-
me acosan.


Aterrizo
camino de espaldas
todos tropiezan con migo
nadie se siente culpable
perdí la cuenta de mis pasos.

Medio día
llueve desde mi cabeza
gotas saladas dibujan chaquiñanes en mi rostro
el sol me apunta con su rayo índice
y no encuentro sombras.

Como perro callejero
me escapo de llantas y guardafangos
me niego a formar parte
de la esencia del asfalto.

Regreso a mi guarida
huele a gardenias
mi pistola no tiene balas
me rindo
duermo
despierto
no estas
me desordeno
te encuentro
me marcho.