De pequeño, lo trataban como a un niño prodigio;
de adolescente, le reprimían sus preferencias;
de adulto, juzgaban su forma de vida;
de anciano, criticaban su obra.
Cuando murió... adoraban su trabajo.
Texto agregado el 18-12-2007, y leído por 132
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
22-05-2008
No es por nada pero creo que tienes toda la razon. Icnocuicatl
18-12-2007
Es el vivo retrato de la verdad. Rotundo y verídico eliotama
18-12-2007
Buenas palabras que van al grano de cada etapa de la vida… nada lejos a la realidad… ö_Ò CHARCONAUTA
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